(InfoCatólica) Los próximos días 3 y 4 de septiembre, la diócesis de Laval conmemorará el bicentenario de la traslación de las reliquias de sus sacerdotes mártires de la Revolución Francesa. Se trata de los beatos presbíteros Juan Bautista Turpín du Cormier y otros trece compañeros, mártires, que por su constante fidelidad a la Iglesia católica fueron guillotinados durante la Revolución Francesa.
El sábado 3 tendrán lugar dos conferencias sobre los orígenes de la persecución y los mártires de Laval. El domingo 4 Mons. Scherrer, obispo de Laval, presidirá la Misa solemne de conmemoración.
Son los beatos Juan Bautista Turpín du Cornier, Juan Bautista Triquerie OFMConv, Juan María Gallot, José Pellé, Renato Luis Ambroise, Julián Francisco Morvin de la Gérardière, Francisco Duchesne, Jacobo André, Andrés Duliou, Luis Gastineau, Francisco Migoret Lambardière, Julián Moulé, Agustín Manuel Philippot y Pedro Thomas.
Murieron por negarse a renegar de la religión católica, en Francia, durante los desordenes provocados por la Revolución francesa. Fueron guillotinados en Laval, entonces diócesis de Le Mans, y que hoy es diócesis propia. Su delito fue negarse a prestar el doble juramento que se les pedía el de la «Constitución Civil del Clero» y el llamado «Libertad-Igualdad». No se les deportó como a otros sacerdotes menos ancianos, sino que permanecieron detenidos en el convento de religiosas llamado Patience. Casi todos ellos fueron detenidos en 1792.
Ocupada Laval, en 1793, por el ejercito vandeano, fueron liberados, pero como inmediatamente fueron derrotados por los republicanos de la revolución, volvieron a ser encarcelados en el convento. Todo el tiempo que estuvieron detenidos, pasaron muchas incomodidades, a causa de su ancianidad.
El tribunal revolucionario de Laval quería vengarse de los fracasos sufridos por las ideas nuevas en el departamento. El 21 de enero de 1794, hacia las 8 de la mañana, los 14 sacerdotes fueron conducidos al tribunal, junto con algunos otros sospechosos.
Durante el juicio que se les condenó a la guillotina, se presentaron como delatores dos sacerdotes juramentados, que uno de ellos, murió cayéndose por la ventana, a causa de su borrachera, el mismo día que fueron guillotinados. Los sacerdotes se confesaron mutuamente y hacia mediodía, fueron conducidos a la plaza del palacio.
Fueron enterrados en la Croix-Batalle. El 6 de agosto de 1816, sus cuerpos fueron exhumados y depositados con honor en la Basílica de Notre Dame de Avesnières. Fueron beatificados el 19 de junio de 1955 por Pío XII.
La vida y muerte de Juan Bautista Turpin, párroco
Juan Bautista Turpin nació en Laval en 1732, hijo de Julián Turpin y Magdalena Leroy, pertenecientes al alto comercio. Tenía cinco hermanos, de los que dos fueron sacerdotes no juramentados. Una de sus hermanas, madame Piquois, murió durante el Terror cuando la trasladaban de una cárcel a otra. Doctor en Teología por la universidad de Angers, fue ordenado sacerdote obteniendo el beneficio comendatario de prior de Parne. Párroco de la Trinidad en Laval, donde ejerció su ministerio de forma laudable, sobre todo en el campo de la confesión.
En 1790, con la llegada de la revolución, se negó a admitir el cargo de obispo del departamento de Mayenne de nueva creación, así como a oficiar una misa en su parroquia por la entronizaciondel nuevo obispo. Todos los sacerdotes de su parroquia, excepto uno, se negaron a prestar juramento constitucional. Fue encarcelado en el exconvento de los Cordigeros en 1792, luego fue llevado a la Patience. Cuando el ejercito vandeano lo liberó, volvió a su parroquia, pero no pudo ejercer su ministerio, por su mala salud, pero si pudo salvar del fusilamiento al sacerdote juramentado. Fue detenido de nuevo
Juan Bautista Turpin de Comier fue el primero en ser interrogado:
- ¿Has prestado el juramento de soberanía exigido por la ley?
- No.
- ¿Por qué no lo has prestado?
- Porque ataca mi religión y va contra mi conciencia.
- ¿Has ejercido tu ministerio desde que te rehusaste a prestar el juramento y has celebrado la misa?
- Sí.
- ¿Has aconsejado a tus sacerdotes, en la conversación o en la confesión, a que no lo presten?
- Ciudadano, cuando se nos exigió el juramento, nos reunimos y, después de haber discutido sobre el asunto, nos dimos cuenta de que nuestra conciencia no nos lo permitiría de ninguna manera.
- Pero este juramento no es otra cosa que obedecer la ley. ¿Dónde han tenido esa reunión?
- En la sala del presbiterio, lugar ordinario de las deliberaciones eclesiásticas, con el permiso del ciudadano Enjubault Boessay de la Roche.
- ¿Entonces, has sido tú quien ha impedido a los sacerdotes prestar el juramento? ¿Quieres prestar hoy el juramento de libertad e igualdad?
- Ni ahora, ni después; siempre se oponen a la ley de Dios.
Después de haber sido interrogados todos los sacerdotes en forma semejante, y convencido el tribunal de su firmeza en la fe, finalmente el fiscal pidió contra los catorce sacerdotes: «exijo que todos sufran la pena de muerte y que Turpin de Comier, ex párroco de esta comunidad, sea ejecutado el último por haber fanatizado a su clero». Juan Bautista Turpin de Cornier, subió hacia el patíbulo y antes de ser guillotinado besó en el suelo la sangre de sus compañeros mártires.
Con información de la Diócesis de Laval
y de Cristina Huete, en el blog hagiopedia, donde puede leerse la biografía de los otros sacerdotes mártires de Laval