(Javier Lozano/Actuall) La administración Obama se ha caracterizado durante sus dos mandatos por sus ataques constantes a los valores provida y profamilia de Estados Unidos. Y el presidente pretende despedirse de su cargo realizando un nuevo ataque a la dignidad humana bajo el pretexto de conseguir avances científicos que permitan mejorar la salud de sus ciudadanos.
Para ello, el Gobierno de Estados Unidos, a través de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), podrá financiar experimentos y pruebas médicas mezclando embriones humanos y animales para así crear los llamados híbridos entre humanos y animales. De este modo, se harán en laboratorios animales con partes humanas como corazones, riñones o hígados.
Obama va a levantar la suspensión de la moratoria que existía hasta ahora para financiar estos polémicos y controvertidos experimentos en el que se crean quimeras (mezcla de humano y animal) aunque el gobierno afirma que habrá un estricto control para que no se realicen experimentos como los que ya se han visto en el pasado.
Pese a los intentos de rebajar la polémica, las preocupaciones éticas son evidentes. Algunos investigadores esperan que tras esta decisión del gobierno de Obama puedan crear, por ejemplo, embriones híbridos de cerdo y humano o de vaca y humano para utilizar estos animales como incubadoras de órganos bajo el pretexto de ser utilizado para transplantes, tal y como informa el medio estadounidense NPR.
Tan sólo el gobierno prohibirá la introducción de ciertos tipos de células humanas en embriones de primates como monos o chimpancés.
Aún así, el Instituto Nacional de Salud admite que los límites éticos pueden ser muy fácilmente traspasados y para ello creará un comité que estudie si se pueden llevar a cabo algunos de estos experimentos.
Entre estos experimentos científicos estarían el diseño de animales con células de cerebro humano o de tejido cerebral humano o incluso crear otros animales con espermatozoides y óvulos humanos, tal y como plantean algunos grupos de científicos
La administración Obama está encantada de poder financiar este tipo de experimentos que socavan el orden natural. Así lo manifiesta Carrie Wolinetz, directora adjunta de los Institutos de Nacionales de Salud, que dice que está segura de que estos cambios propuestos “permitirán a la comunidad científica del NIH llevar esta área prometedora de la ciencia hacia adelante de una manera responsable”.
Evidentemente, otros científicos han denunciado que se financien con fondos públicos estos experimentos. Así el biólogo del New York Medical College, Stuart Newman, ha ironizado recordando que “escritores de ciencia ficción podrían haber imaginado un mundo como este – como La isla del Dr. Moreau, Un mundo feliz o Frankestein”.
Este tipo de investigaciones no son nuevas y ya se utilizan en países como Reino Unido. Sin embargo, la comunidad científica está completamente dividida en este punto. Sobre los híbridos de animales y seres humanos ha escrito en profundidad el director del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia y especialista en Biopatología, el doctor Justo Aznar.
Doctor Justo Aznar: “Estas prácticas son contrarias a las leyes de la misma naturaleza, fundamento de la biodiversidad animal. Y finalmente, son contrarias a la dignidad humana”
“Estas experiencias van contra la integridad de las especies, principio moral biológico que nunca debería ser alterado. Son contrarias a las leyes de la misma naturaleza, fundamento de la biodiversidad animal. Y finalmente, son contrarias a la dignidad humana, que junto con la destrucción de embriones constituyen la dificultad ética para desechar la creación de cualquier tipo de híbrido entre hombre y animal”, escribe el doctor en Bioética Web.
Además, el doctor Aznar añade que “gran parte de estas finalidades se pueden conseguir utilizando animales de experimentación, y sobre todo, usando la técnica de reprogramación de células adultas, que permite obtener las deseadas células específicas de la enfermedad, sin tener que destruir embriones”.
Ilustración: fotografía de una escultura de Patricia Piccini