Híbridos humanos
El Parlamento británico debate sobre la tramitación de la nueva Ley de Fertilización Humana y Embriología. Ley que barre todos los aspectos en los que se puede degradar la naturaleza humana en sus primeros instantes: el hombre-vaca, el hermano-cobaya, el hijo-gay y el indefenso asesinado; un verdadero programa de «cultura de la muerte». Los dos primeros aspectos han salido adelante —alborozo en los aprendices de doctor Moreau—, los dos segundos se resuelven hoy —expectación en el lobby homosexual y matarife—. No he podido esperar más a conocer el resultado final para comentarlo: una monstruosidad.
La ley tiene al menos dos virtudes. La primera, coherencia. Máscaras fuera. Todos los elementos juntos y revueltos, un tratamiento global de indignidad; un tratamiento maligno pero consistente, quizá de las pocas veces en las que no se esconde, ni por estética, la trabazón entre los temas. La segunda, su enemigo: la cultura de la vida, defendida una vez más en exclusiva por la Iglesia. Parte del debate ha estado centrado en la libertad de voto que ha tenido que conceder el Partido Laborista a los diputados católicos. ¿Y los anglicanos?; debatiendo sobre el sexo del clero.
Hace pocos días terminaba un post con una cita de la entrevista de Peter Seewald a Ratzinger en Dios y el Mundo. Hoy quiero volver a recordarla. Preguntaba el periodista sobre la ruptura del último tabú: el árbol de la vida, mandado proteger por Dios a los querubines en el Paraíso. La repuesta del cardenal profética:
Lógicamente se puede profundizar mucho más en esa simbología. Ahora presenciamos cómo los seres humanos empiezan a disponer del código genético, a servirse realmente del árbol de la vida y a convertirse a sí mismos en dueños de la vida y de la muerte, a montar la vida de nuevo; desde luego es necesario prevenir de verdad al ser humano sobre lo que está ocurriendo: está traspasando la última frontera.
Con esta manipulación, un ser humano convierte a otro en su criatura. Entonces el ser humano ya no surge del misterio del amor, mediante el proceso en definitiva misterioso de la generación y del nacimiento, sino como un producto industrial hecho por otros seres humanos. Con lo queda degradado y privado del verdadero esplendor de su creación.
Ignoramos lo que sucederá en el futuro en este ámbito, pero de una cosa estamos convencidos: Dios se opondrá al último desafuero, a la última autodestrucción impía de persona. Se opondrá a la cría de esclavos, que denigra al ser humano. Existen fronteras últimas que no debemos traspasar sin convertirnos personalmente en destructores de la creación, superando de ese modo con creces el pecado original y sus consecuencias negativas.
Es irrefutable: la vida del ser humano tiene que seguir siendo intocable. Aquí es preciso poner límites, una vez más, a nuestra actuación, a nuestros conocimientos, a nuestro poder y a nuestra experimentación. La persona no es una cosa, sino que refleja la presencia del mismo Dios en el mundo.
[…] No se trata de frenar la libertad de la ciencia o las posibilidades de la técnica, sino de defender la libertad de Dios y la dignidad de la persona, que es lo que está en juego. Quien haya adquirido esta opinión sobre todo por la fe —aunque hay también muchos no cristianos que la comparten—, tiene asimismo la obligación de responsabilizarse de que esa frontera sea percibida y reconocida como infranqueable. [Las negritas son mías].
El Vaticano ha reaccionado de inmediato, recordando también a los no creyentes, que como decía Juan Pablo II, toda ofensa al hombre es siempre una grave ofensa a Dios, que lo creó a su imagen y semejanza; pero también que el gran damnificado es el mismo hombre. Experiencias recientes lo demuestran: la gripe aviar o el VIH. Basta recordar que el SIDA es una enfermedad de transmisión mayormente sexual debida a una mutación de un virus propio de una especie de mono africano, de ahí pasó a la sangre humana en la que se adaptó y reprodujo. ¿Cómo se transmitió?…lo dejo para otra ocasión.
La ley británica es una bellaquía, contempla cuatro tipos básicos de hibridación:
- La que resulta de transferir el núcleo de DNA de una célula humana, extraída por ejemplo de la piel, al interior del óvulo de una vaca u otro animal del que previamente se ha extraído el contenido genético.
- La llamada «verdadera quimera»: agregar una célula procedente de un embrión animal a un embrión humano, de manera que el embrión no es enteramente humano ni animal.
- Los embriones humanos transgénicos, es decir, embriones humanos que han sido genéticamente modificados para contener una pequeña cantidad de DNA animal, como por ejemplo determinados genes animales.
- Y por último, se encuentra el caso de los «verdaderos híbridos»: fertilización de un óvulo humano con esperma animal o viceversa.
Y para rematar también se aprobó la procreación de bebés seleccionados para convertirse en donantes de tejidos para hermanos que padecen enfermedades por alteraciones genéticas.
No creo que hagan falta más comentarios.
Hoy sabremos qué ocurrirá con la exigencia de que los bebés concebidos in vitro hayan de nacer en una familia —obsesión del colectivo gay— y la de la ampliación del plazo máximo para poder abortar sin restricciones.
En el canódromo de la «cultura de la muerte» los británicos toman ventaja; cuánto tardará Zapatero en soltar a Bernat Soria.
24 comentarios
Ahora mismo, no son pocos los matrimonios que no se atreven a ir a las "unidades de infertilidad", pues los "protocolos" a seguir no pocas veces incluyen prácticas no compatibles con la verdad sobre la vida, la persona y el matrimonio. Y ya no estamos hablando de híbridos, sino de humanos, pero ¿cuántos humanos, cuántos experimentos, con qué respeto a la mujer?
Es simplemente satánico, bestial.
En cuanto a la ampliación del aborto después de haber visto lo que hemos visto y nadie puede llamarse a engaño, después de saber el negocio que era aquí lo quieren ampliar y en europa la vida ha perdido por ciento dos votos sesenta y nueve a favor de la vida y catorce abstenciones¿Se puede uno abstener en ese tema?
Carlos, más de uno cree que Está a punto de romper la baraja. Hay cosas con las que no se juega.
Ana, el tema del aborto ha sido parado. Parece ser que ha conmocionado a la opinión pública el tema del infanticidio. Viva, Edward Leight, el diputado católico conservador que ha dado la batalla.
Menos mal que nadie os hace caso y la ciencia avanza.
Lo que dices en el post es tan terrible y, a la vez, tan triste, que no podemos dejar pasar por alto la ocasión para ponerlo bajo la capa de sospecha que se merece.
Primero, es tan terrible porque se pretende, con ello, ser una especie de dioses que "crean" algo nuevo. Como son incapaces, cierto tipo de científicos de poder reproducir la vida porque, al ser creada por Dios no va a ser recreada por el hombre, que es criatura de Dios, se conforman, digo, con manipular los conocimientos que tiene porque, en realidad, es a lo único que llegan con sus grandes avances científicos.
Además, es triste, porque tal cosa supone que tales personas no saben dónde se encuentran con relación a Dios a quien, seguro, ignoran (pues no siguen ninguno de sus preceptos ni nada que se le parezca) ni saben, tampoco, que la dignidad de la persona impide hacer tal tipo de cosas.
Si ante las opiniones en los comentarios manifestadas Aurelio se permite el lujo de decir que somos "fanáticos católicos" es que, sin duda, no conoce la ley natural ni nada que se parezca ni tiene respeto por la persona misma ni, tampoco, sabe a ciencia cierta lo que quiere decir el "avance" de la ciencia. Y ante eso yo me precio de llamarme "fanático".
Recojo, aquí, una parte de un artículo publicado en www.conoze.com titulado "¿Existe conflicto entre ciencia y fe?" porque explica, a la perfección, el verdadero problema que tienen algunos científicos y, claro, algunos políticos que quieren dejar una extraña impronta personal de su paso por la actividad pública.
Dice el artículo, lo siguiente:
"Científicos cercanos a la Creation Science Foundation señalan que "la radicalidad del punto de partida ateo revela prejuicios que pueden distorsionar el propio trabajo científico" y destacan que "el informe de Larson y Witham es otro botón de muestra de cómo los científicos suelen adoptar el ateísmo como una postura natural del quehacer científico, cuando en realidad es un vicio de método que ha llevado a desarrollar la ciencia en términos materialistas a lo largo de este siglo".
Y es que, a veces, cuando se duda de la fe o, simplemente, no se tiene, cualquier aberración es posible.
A ver si encuentran el "gen" que asocia al hombre con la Religión y en cuanto avance "tu ciencia" mutaré a todos los seres humanos.
¿Los fines de las supuestas clonaciones, crear tejidos para donar, "salvar otras vidas a costa de crear hombres a la carta", realmente son humanitarios o económicos? No quiero ni pensar en que una farmacéutica consiga la patente del tejido cardiaco (por poner un ejemplo).
Los ingleses deberían ver Gattaca, un peliculón de los buenos que nos pone sobre aviso en estos temas. Ahí lo dejo.
Por cierto, el campo de la fe no es el amor, esa es la Caridad. No precipito ningún juicio, lo hacen "científicos" como tú que ya hace quince años llevan "prometiendo", científicamente, que este tipo de investigaciones es para curar el Parkinson. Mientras tanto la investigación con células madre adultas da resultados y tus experimentos humanos ninguno.
"La más enorme de las tragedias de la historia de la humanidad es el secuestro de la moral por la religión."
Arthur C. Clarke
Y si más allá de esto había algo, su nombre sólo podía ser Dios."
Arthur C. Clarke, 2001 Odisea en el Espacio
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Pero también creía en los marcianos:
"Me gustaría señalar que las recientes misiones Mariner y Viking han establecido más allá de toda duda razonable la existencia de una civilización marciana con un alto nivel tecnológico.
La habilidad para camuflar completamente, en unos pocos años, su sistema planetario de canales es un extraordinario logro de la ingeniería. Pero es sobrepasado por la proeza científica de (a) predecir los lugares de aterrizaje de las Viking y (b) descontaminarlos tan a fondo que se eliminó todo rastro de materia orgánica.
Entiendo que destacados expertos como Erich von Däniken y Charles Berlitz están ahora compitiendo entre sí por presentar estas sensacionales conclusiones al mundo.
Arthur C. Clarke.
Colombo, Sri Lanka."
Años después, a mediados de los 80, el también destacado experto español en lo paranormal Enrique de Vicente presentó esta carta como prueba de que el padre de HAL 9000 creía en los marcianos.
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Como se le atribuye a Chesterton: "cuando no se cree en nada, se cree en todo".
¿Estás diciendo que un extracto de una novela equivale a una opinión del autor? Qué poco conoces a Clarke.
Cuando cumplió 90 años pidió tres deseos: que los extraterrestres contactaran con la Tierra, que el hombre dejara de depender del petróleo y la paz para Sri Lanka.
Es para que aprendas a contextualizar las opiniones. ¿También te crees lo de los marcianillos?. Mucho ánimo, "científico", porque las pruebas de las dos afirmaciones de Clarke, la que tú aportas y la que yo aporto, tienen la misma validez científica (muestrame las puebras).
Gracias por su opinión.
¿Que les recuerda el Mundo Feliz de Huxley?
¿Qué importa?, lo importante es no poner límites a la investigación, a esos sabios que "altruistamente" se dedican a mejorar la especie.
Creo que para llegar a un compromiso real de mejora de la especie junto a la manipulación genética, al aborto, a la eutanasia, faltaria un detalle, pero seguro que nuestros sabios y políticos lo solucinarán, cuando un especimen surja con errores, esté enfermo, tenga defectos motores, sensoriales, intelectuales. ¿Que hacer en estos casos?.
La respuesta seguro que se evidenciará con el paso del tiempo, si un especímen ha salido erróneo, habrá que devolverlo a fábrica. Sí, no se escandalicen, al fin y al cabo, tampoco tendrán una madre biológica, ¿Se imaginan? ¡qué horror! ¡seguir pariendo como nuestras abuelas!.
Tambien eso estará solucionado.
Ya digo, el Mundo Feliz.
Qué suerte que algunos, para esa época, tal vez no tan lejana, estaremos si Dios quiere en su eterna presencia.
Precisamente la confusión entre religión y moral es lo que confunde a mucha gente que termina igualando todas.
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