(Agencias) La ceremonia, a la que acudió el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, estuvo presidida por el arzobispo de Ruán, Dominique Lebrun, por su antecesor, Jean-Charles Décubes, y por el arzobispo de Marsella y presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, Georges Pontier.
Unas 1.500 personas en el interior del templo y centenares fuera de él, según lo previsto, despidieron al sacerdote en un acto rodeado de estrictas medidas de seguridad.
La diócesis de Ruán había indicado que iban a tener acceso prioritario los fieles de la parroquia atacada, peregrinos que hubieran asistido a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Cracovia (Polonia) y representantes de otras religiones.
El entierro del sacerdote, no obstante, tendrá lugar en la intimidad familiar y en un lugar que no ha sido precisado.
El presidente de Francia, François Hollande, natural de Ruán, no acudió a la ceremonia, pero mantuvo ayer una reunión con el alcalde de Saint Étienne du Rouvray, Hubert Wulfranc, en la que este último le agradeció el apoyo de las autoridades.