(ACI Prensa) Desde Cracovia, adonde había viajado con un grupo de muchachos para participar de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se inicia hoy, Mons. Lebrun expresó su conmoción tras el asesinato del sacerdote P. Jacques Hamel, perpetrado por dos miembros del Estado Islámico que ingresaron mientras celebraba Misa.
En una declaración, el Prelado dijo: «clamo a Dios, con todos los hombres de buena voluntad. ¡Me atrevo a invitar a los no creyentes a unirse a este clamor! Con los jóvenes de la JMJ rezamos como hemos rezado ante la tumba del Padre (Jerzy) Popiulusko en Varsovia, asesinado por el régimen comunista» en 1984.
El Arzobispo dijo que volverá a Francia hoy mismo para acompañar a los fieles de la arquidiócesis.
«El vicario general, el Padre Philippe Maheut, está en el lugar desde los primeros momentos. Yo estaré allí desde esta noche en mi diócesis con las familias y la comunidad parroquial que está en shock», explicó.
«La Iglesia Católica no puede usar otras armas además que la oración y la fraternidad entre los hombres», subrayó luego el Arzobispo.
En Cracovia, concluyó, «dejo a algunos jóvenes que son el futuro de la humanidad, la verdadera; y les pido no bajar los brazos ante la violencia y el devenir de los apóstoles de la civilización del amor».