(AICA) En declaraciones al diario Noticias del Sol, de la ciudad cordobesa de Cruz del Eje, el prelado dijo que es un «error» discutir si las Misioneras Orantes y Penitentes de Nuestra Señora del Rosario de Fátima son «monjas» porque, explicó, toda congregación religiosa en la Iglesia católica comienza siendo una Asociación Privada de Fieles.
Monseñor Olivera pidió que se deje actuar a la justicia y consideró «un disparate, una torpeza» que las consagradas del monasterio de General Rodríguez hayan ayudado a López a entrar bolsos al convento.
Asimismo, estimó que ese hecho «merecería un palabra de arrepentimiento, si esto fuera así, y de sincero pedido de perdón a la Iglesia, a la sociedad y al país, porque un religioso nunca debe ser colaborador de personas que no están obrando con claridad, y están al margen de la ley».
Texto de la entrevista
«Creo que son muchas sensaciones de sorpresa, de dolor fundamentalmente, porque se desdibuja la realidad de la vida consagrada y de la vida religiosa en la Argentina. Tantos monjes y monjas, tantas hermanas y hermanos que acompañan la vida de nuestro pueblo en lugares muy pobres, en barrios y en pueblos donde hay mucha necesidad. Tantas religiosas que de verdad gastan su existencia en la vida contemplativa. Tantas religiosas que acompañan a las víctimas del flagelo de las drogas, que acompañan y ayudan a las personas que luchan por recuperarse de las adicciones. Tantas hermanitas que vemos en los hospitales y en las cárceles.
«Es una misión material y espiritual que debería tener mayor relevancia. Los medios de comunicación social no le dan importancia a las cosas buenas, en cambio llaman más la atención sobre los errores y las contradicciones.
«Me da mucho dolor pero es muy bueno que se investigue, que se busque la verdad, porque no me gusta esta sensación de mentira y de doblez, sea quien sea. Porque sea religiosa no es una razón para que esté exceptuada o estemos exceptuados de buscar la verdad y vivir en el camino de la ley, el camino de la trasparencia y lejos de la corrupción.
Los consagrados deben estar más cerca de los pobres y lejos del poder. A veces hay gente que tiene mucho poder y que, lamentablemente, se desvían y van por caminos de no transparencia, de corrupción, y hacen que muchos caigan en trampas y en la tentación.
«Se está discutiendo si eran o no monjas. Eso es un error porque toda congregación en la Iglesia católica comienza como una Asociación Privada de Fieles en la que empiezan a vivir la espiritualidad a la que aspiran. Por lo tanto son monjas, aunque a esa Asociación Privada de Fieles le falta la confirmación, el camino y el proceso, el tiempo o el número de miembros para ser constituida en congregación y para constituir su casa en monasterio. En definitiva un instituto religioso o un monasterio, siempre debe tener el permiso de la Santa Sede.
«Es gracioso y hasta ridículo discutir si son monjas o no son monjas. Aspiraban a ser monjas reconocidas, pero cuando el obispo les dio permiso para ser una asociación privada de fieles estaban en camino a ser una congregación, formalmente un monasterio.
«Debemos confiar en la justicia porque los pueblos que no tienen justicia van a la deriva. Hay que dejarla trabajar. Nosotros no somos jueces. Dejar que la justicia actúe. Todos somos iguales ante la ley. Nadie puede quedar amparado. Me parece que como Iglesia deberíamos llamar la atención a estas religiosas que, si es verdad que primero han dicho una cosa y después otra.
«Hemos visto en un video a López sereno y llevando bolsos y a una religiosa ayudándolo a entrarlos. Es un disparate, una gran torpeza que merecería un palabra de arrepentimiento si esto fuera así, y de sincero pedido de perdón a la Iglesia, a la sociedad y al país, porque un religioso nunca debe ser un colaborador de personas que no están obrando con claridad y están al margen de la ley. Yo aspiro a que la justicia obre siempre y que no sea lenta, que no haya partidismo, que no haya componendas, que de verdad sea justicia porque eso es lo que va a salvar y sanar a nuestra patria».