(Fides) La historia pone de relieve las divisiones dentro del episcopado greco-melquita, que se reflejan en la petición de renuncia del patriarca Grégoire III, apoyada por un grupo de al menos diez obispos, para luego proceder a la elección de un nuevo patriarca.
El lunes 20 de junio, de los 22 obispos greco-melquitas actualmente en cargo, sólo se presentaron 11 a la sesión de apertura del Sínodo, quedando por debajo del quórum necesario, que es la mitad más uno.
El Patriarca Grégoire, en su discurso inaugural, entre otras cosas había invitado a todos los obispos a un «debate respetuoso, franco y transparente, en un espíritu de diálogo y de caridad».
En su pronunciamiento tras el aplazamiento del Sínodo, el Patriarca Gregorie, recordando las disposiciones propuestas recientemente por la Congregación Vaticana para las Iglesias Orientales, ha destacado que el derecho canónico oriental no contempla la posibilidad de imponer al patriarca la dimisión en contra de su voluntad, y que todas las disputas deben abordarse en la Asamblea sinodal.