(ACI Prensa) «Coptos y católicos pueden testimoniar juntos valores tan importantes como la santidad y dignidad de cada vida humana, la santidad del matrimonio y la vida familiar, y el respeto de la creación que nos ha confiado Dios», señaló el Pontífice, que también expresó su gratitud al Señor por los pasos dados a lo largo del camino de la reconciliación y la amistad después de siglos de silencio, incomprensión e incluso hostilidad.
Ahora, coptos y católicos, escribió el Pontífice, «se encuentran cada vez más, dialogan y cooperan para anunciar el Evangelio y servir a la humanidad».
«A pesar de que estamos todavía en camino hacia el día en que nos reuniremos como uno en la misma mesa eucarística, somos capaces, incluso ahora, de hacer visible la comunión que nos une», añadió.
En ese sentido, dijo que frente a los muchos desafíos contemporáneos, los fieles de ambas confesiones están llamados a ofrecer una respuesta común fundada sobre el Evangelio. «Mientras continuamos nuestra peregrinación terrena y si aprendemos a soportar las cargas de los otros y a intercambiar el rico patrimonio de nuestras respectivas tradiciones, veremos claramente que lo que nos une es más grande que lo que nos divide», expresó.
Antes de concluir, el Papa Francisco expresó su preocupación por las comunidades cristianas en Oriente Medio.
«Su Santidad, todos los días mis pensamientos y oraciones están con las comunidades cristianas en Egipto y Oriente Medio, muchas de las cuales pasan por condiciones difíciles y situaciones trágicas».
«Soy muy consciente de su grave preocupación por la situación en Oriente Medio, especialmente en Irak y Siria, donde nuestros hermanos y hermanas cristianos y de otras comunidades religiosas se enfrentan a pruebas diarias. ¡Que Dios nuestro Padre dé paz y consuelo a todos los que sufren e inspire a la comunidad internacional a responder con prudencia y justicia a esta violencia sin precedentes!», expresó.