(Fides) La medida, patrocinada por el Departamento de cuestiones religiosas y éticas de la Oficina Presidencial, ha sido contestada con fuerza por la Iglesia Católica y por otras confesiones cristianas.
«Si lo que estamos haciendo es bueno, entonces ¿por qué tenemos que estar registrados? ¿por qué una fe que existe desde hace siglos requiere de una licencia para actuar?», Se pregunta Mons. John Baptist Kauta, Secretario General de la Conferencia Episcopal de Uganda, que describe esta iniciativa del gobierno como sospechosa. Mons. Kauta se pregunta cuales son las intenciones reales de las autoridades políticas para adoptar una medida similar.
Mons. Macleod Baker Ochola, obispo anglicano emérito de Kitgum, y miembro de la Acholi Religious Leaders Peace Initiative (ARLPI), se pregunta cómo un gobierno que está en el poder desde hace 30 años pueda regular confesiones religiosas que existen desde hace siglos: «¿Cómo puede un niño decirle a su padre come guiar una familia? Estamos aquí desde hace decenios. ¿Cual es la lógica escondida en el registro de las religiones que son bien conocidas por todos?».
El reverendo Canon Aaron Mwesigye, director del departamento para las cuestiones religiosas y éticas de la Oficina Presidencial, ha replicado a las críticas subrayando que el registro tiene como finalidad la de resolver las disputas religiosas, combatir la corrupción y incrementar la colaboración entre el gobierno y las confesiones religiosas.