(AIN) Rimsha Masih, es una niña cristiana de 14 años que fue encarcelada por la acusación de haber quemado unas páginas que contenían textos del Corán. Dada su corta edad, su falta de capacidad intelectual, confirmada por médicos especialistas y la campañas que se hicieron por ella, fue puesta en libertad. Esta es una realidad que padecen los cristianos de Pakistán, quienes representan solo el 1.6% de una población donde prevalecen los musulmanes (96.4%), según datos del Informe Libertad Religiosa realizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Las leyes de blasfemia del código penal de la República Islámica de Pakistán, restringen la práctica, la libertad de religión y expresión, y son instrumento de persecución contra las minorías religiosas. A pesar de los intentos por derogarlas, éstas siguen vigentes y quienes lo han propuesto como el ministro para las Minorías, Shahbaz Bhatti, han sido asesinados. En 2012, se han registraron 12 casos de cristianos víctimas de las leyes de blasfemia.
Aunque la Constitución paquistaní garantiza plena libertad religiosa, todavía se cometen numerosos ataques contra las minorías, especialmente contra los cristianos. Además son agredidos y discriminados los grupos étnicos minoritarios como los talibanes, los musulmanes chiíes.
La violencia en este país significa también las presiones para convertirse al islam. Así lo sufrió Harun, un padre de familia que tras recharzar por segunda vez la invitación de Faruq de convertirse en musulmán, fue asesinado en su puesto de trabajo.
Los saqueos en comunidades cristianas son otra manifestación contra este sector de la población. Así sucedió años atrás en el barrio de Lahore, luego de que el joven de 26 años Sawan Masih fuera acusado de blasfemia, los islamistas y destruyeron unas 160 viviendas, 18 pequeños negocios y dos iglesias, una católica y otra adventista del Séptimo Día.
Todo este escenario de crimen en Pakistán incluye los ataques suicidas,como el de este 28 de marzo, día en que familias cristianas celebraban la Pascua en el parque Gulshan-e-Iqbal, de la ciudad de Lahore. Nuevamente un miembro del grupo insurgente Jamaat ul Ahrar provocó una explosión que ha dejado hasta el momento 72 muertos entre los cuales se encuentran 17 niños y 18 mujeres. Los heridos suman 359 y de ellos 20 están en estado crítico.
Los musulmanes también son víctimas de esta persecución, y frecuentemente se les intimida, y en ocasiones asesina, por negarse a convertirse al islam. Nuestro sobre Informe Libertad Religiosa revela que en el año 2012 la minoría musulmana chií, sufrió un total de 400 asesinatos en una oleada de ataques extremistas, 25 de ellos solo en la provincia de Baluchistán, en la que hay una fuerte presencia de hazaras, (los hazaras son un grupo étnico musulmán chií originario de Afganistán).
Todos estos sucesos forman parte de la vida de la minoría en Pakistán, donde sin dudas, la persecución se ha recrudecido
