(AIN) Entrevista a Peter Humeniuk:
¿Cómo acogió la noticia del encuentro entre el Papa y el Patriarca de Moscú?
El hecho de que el encuentro entre los primados de las dos Iglesias, deseado desde hace tiempo, esté ya próximo, es una sensación y motivo de gran alegría. De este modo se cumple un sueño que tenía ya el Papa Juan Pablo II. Naturalmente que el anuncio fue una sorpresa; por otro lado se lleva trabajando por ello desde hace muchos años. Por esto se trataba más bien de la cuestión de «cuándo» se realizaría y no de «si» se llevaría a cabo. El Metropolita Hilarión respondía a las preguntas por el momento diciendo que la fecha era desconocida, pero que cada día se acercaba cada vez más. Esto infundió ánimos.
¿Por qué se celebra el encuentro de los primados precisamente ahora?
Que el encuentro se vaya a hacer realidad antes de lo esperado se debe también a la dramática situación del mundo, pues estamos siendo testigos de una persecución de los cristianos que ha alcanzado dimensiones nunca antes conocidas y que amenaza la existencia del cristianismo en algunas partes del mundo. En una rueda de prensa celebrada en Moscú, el Metropolita Hilarión dijo que la evolución de la situación en Oriente Próximo, en el norte y el centro de África y en otras regiones en las que «los extremistas están llevando a cabo un auténtico genocidio en la población cristiana exigen medidas urgentes y una cooperación más estrecha entre las Iglesias cristianas». Esto quiere decir: cuando el mundo arde, las cuestiones de política eclesial desempeñan un papel secundario. ¡El testimonio conjunto es más necesario que nunca!
¿Por qué es precisamente la Iglesia ortodoxa rusa tan importante? Al fin y al cabo, el Papa se ha reunido ya con otros Patriarcas ortodoxos…
Con más de 100 millones de fieles, la Iglesia ortodoxa rusa es la mayor y más influyente entre las Iglesias ortodoxas. Su voz tiene mucho peso.
Una sorpresa es no solo el momento, sino también el lugar en que se encontrarán los dos primados. ¿Por qué Cuba?
Peter Humeniuk: En un momento relativamente temprano estuvo claro que un encuentro entre el Papa y el Patriarca de Moscú debería celebrarse en un lugar neutral. Los países europeos no son especialmente idóneos por las numerosas relaciones históricas y recuerdos que pesan. Por esto se empezó a hablar de Latinoamérica, y se sopesaron varios lugares posibles como, por ejemplo, Paraguay. Ahora, la casualidad hizo que los caminos de los dos primados se cruzaran en cierto modo en sus viajes a Latinoamérica, que tenían previsto realizar independientemente el uno del otro. ¿Por qué no habría de aprovecharse esta oportunidad? A esto viene a añadirse que, para los dos líderes religiosos, no es la primera vez que visitan Cuba.
Además podemos recordar que Cuba ya fue en el pasado escenario de acontecimientos de política mundial. Pienso en la crisis de Cuba en el año 1962, cuando el mundo se encontró a las puertas de una guerra atómica entre Estados Unidos y la Unión Soviética. En aquel entonces, la llamada a la paz del Papa Juan XXIII impidió una escalada del conflicto. En cualquier caso está claro que los conflictos mundiales desarrollan un dinamismo que los convierte en una amenaza para gran parte de la humanidad y que exigen un grito conjunto de libertad por parte de las iglesias cristianas.
Usted se encuentra actualmente en Moscú. ¿Cómo se ha acogido la noticia sobre el inminente encuentro en la opinión pública rusa y dentro de la ortodoxia?
La noticia ha sido acogida positivamente y ha despertado un amplio eco en los medios de comunicación importantes de Rusia. Por ejemplo, si se sintoniza el primer canal de televisión se ven continuamente imágenes del Papa. Fue una buena señal que la Santa Sede y el Patriarcado de Moscú dieran a conocer la noticia al mismo tiempo.
El encuentro se ve positivamente también dentro de la ortodoxia. El Patriarca Bartolomé, Patriarca Ecuménico de Constantinopla, estaba informado del encuentro y lo ha acogido con gran satisfacción.
Si bien sobre el Concilio Panortodoxo, que se celebrará este año, el encuentro entre el Papa y el Patriarca de Moscú no tendrá repercusiones directas, los Obispos ortodoxos rusos –en su asamblea plenaria, celebrada a comienzos de febrero en Moscú– fueron unánimes al considerar que la situación en Oriente Próximo es tan dramática que exige tomar medidas inmediatas y duraderas. Para todos es claro que se trata en realidad de un «ser o no ser» del cristianismo en esos países. Si bien –por lo que sé– el encuentro entre los primados no se trató directamente allí, es evidente que también en la ortodoxia hay unanimidad al considerar que el dramatismo de la situación exige medidas y pasos especiales.
¿Qué cambiará con el encuentro entre el Papa y el Patriarca?
El hecho de que los dos primados no se hayan encontrado personalmente todavía no significa que no haya habido hasta ahora una cooperación. Por esto, el encuentro es un punto culminante de lo que se ha logrado hasta ahora, pero se basa en lo que se viene construyendo desde hace décadas. En el pasado, las dos Iglesias han hablado en muchos casos con una misma voz. Deseo recordar, por ejemplo, que el Papa Francisco y el Patriarca Cirilo alzaron su voz, en septiembre de 2013, por la paz en Siria. En aquel entonces, el Patriarca Cirilo escribió al Presidente Obama, al Papa Francisco y al Presidente Putin. Es de esperar que la cooperación entre las dos Iglesias se amplíe e intensifique después del encuentro. Para el encuentro se ha anunciado también la firma de un documento conjunto, lo que pone de manifiesto la exitosa labor previa; se puede esperar y rezar para que de ello surjan ricos frutos.
¿Qué significa concretamente este encuentro para la cooperación entre «Ayuda a la Iglesia Necesitada» y la Iglesia ortodoxa rusa?
Para nosotros, este encuentro es naturalmente un acicate y una confirmación de que debemos continuar este camino. Al mismo tiempo estamos buscando nuevas formas de cooperación, que se manifestarán en nuevos proyectos y acciones conjuntas. Aparecen importantes campos de actividad, por ejemplo en actividades conjuntas contra la persecución de los cristianos o a favor de la familia cristiana. Aquí hay mucho por hacer y la voluntad de buscar conjuntamente soluciones y de dar un testimonio común es muy fuerte en las dos Iglesias. Teniendo en cuenta la situación en el mundo, las Iglesias solo pueden hacerse oír si alzan la voz conjuntamente por la paz. Para «Ayuda a la Iglesia Necesitada» está claro que seguiremos ayudando a avanzar por este camino.