(Fides) El cardenal aseguró que «como ciudadano y obispo de la iglesia he observado que el país ha querido un cambio de rumbo, el pueblo ha rechazado las colas para conseguir un kilo de harina, un cartón de huevo a precio regulado».
Además insistió en que el gobierno debe escuchar la voz del pueblo, y que el pueblo no es simplemente el que vota sino todos los ciudadanos que viven en el país. El purpurado aseveró que los responsables de la oposición tienen que actuar con gran humildad y deben procurar resolver los problemas que agobian a los venezolanos.
Y aemás pidió más libertad: «Pienso que debe haber una ley de amnistía, hay una gran cantidad de personas que están detenidas sin acusaciones graves, pienso en los muchachos que están retenidos en esas celdas como en el Sebin, en La Tumba, algunos simplemente por escribir unos tweets, ¡deben ser liberados!» dijo el prelado, refiriéndose a los jóvenes arrestados sólo por haber expresado su oposición o sus críticas contra el gobierno a través de tweet.
«Yo como obispo debo llamar a la gente a la calma. El presidente tiene la obligación de promover la calma y no el discurso violento» concluyó el arzobispo de Caracas.