(La Información/Juan Bosco Martín Algarra) «Es muy bonito que estas tradiciones pasen de padres e hijos y se mantengan a lo largo de los siglos», declara Benatar. «Por eso nos parece estupendo que se celebre la Navidad, y que se pongan árboles y belenes, porque las raíces de europa son judeocristianas».
Incluso más: «Percibimos con cariño todos los símbolos de la Navidad, porque nuestras relaciones con la comunidad cristiana son excelentes».
Una fiesta natural
Se calcula que un quinto de la población judía mundial descienden de la rama sefardí, esto es, los judíos españoles. Antes de que existiera España, ya había judíos en la península ibérica.
«Para nosotros es algo natural, porque somos españoles, vivimos en España y la mayoría de nuestros amigos son católicos», explica. La población judía en España es relativamente pequeña. Se calcula que suman unos 40.000 entre todas las comunidades. Antes de la expulsión de los judíos en 1492, llegaron a representar el 10 por ciento de la población española.
Raphael Benatar apunta que por las mismas fechas en que los cristianos celebran la Navidad, los judíos celebran la Janucá, también llamada Fiesta de las Luces, en que se que conmemora la recuperación de la independencia judía a manos de los macabeos sobre los griegos, en el siglo II antes de Cristo.
«Nos sentimos muy a gusto con esos símbolos en las calles. Nos encantaría que se celebrara más la Janucá, pero comprendemos que somos pocos judíos en España, no es como en Nueva York, donde Navidad y Janucá van de la mano por estas fechas», explica Benatar.