(ACI Prensa) En el Campo, donde hay cerca de 75.000 refugiados a causa del conflicto en el país, esperaban decenas de niños que con sus sonrisas y cantos recibieron al Papa, quien no dudó en dedicarles a muchos de ellos algunos segundos.
Al inicio de la breve visita, una mujer del centro San Juan XIII que le dirigió unas palabras de bienvenida y recibió su bendición.
Después, el Papa tomó un micrófono e improvisó unas palabras:
«Les saludo a todos ustedes. Yo les digo que he leído eso que los niños habían escrito: «Paz, perdón, unidad y tantas cosas… amor». Nosotros debemos trabajar y orar y hacer de todo por la paz. Pero la paz sin amor, sin amistad, sin tolerancia, sin perdón no es posible. Cada uno de nosotros debe hacer algo. Yo les deseo a ustedes y a todos los centroafricanos la paz, una gran paz entre ustedes. Que ustedes puedan vivir en paz con cualquiera que sea la etnia, la cultura, la religión, el estado social, pero todos en paz, todos. Porque todos somos hermanos. Me gustaría que todos digamos juntos: «¡todos somos hermanos!» (los fieles lo repiten tres veces). Y por eso, porque todos somos hermanos queremos la paz. Les doy la bendición del Señor. Recen por mí».
A continuación se subió al papamóvil y se dirigió a la Nunciatura Apostólica.