(Diario Vasco/InfoCatólica) En esta nueva comunicación, Roma detalla «las gestiones» realizadas para esclarecer los hechos y que «han conducido a dar por cerrado el caso de los delitos canónicos que presuntamente habría cometido» el profesor de Gaztelueta, un numerario del Opus Dei. Así, desvela que la denuncia llegó a la Santa Sede el 15 de diciembre de 2014. Fue en una carta enviada directamente al Papa por la familia del joven y que desencadenó la puesta en marcha de las indagaciones. El propio Francisco así se lo anunció al padre del exalumno de Gaztelueta en una postal navideña fechada a finales de año.
La orden de poner en marcha la «investigación canónica» fue trasmitida a la Congregación para la Doctrina de la Fe el 7 de enero. De inmediato, se nombró un «delegado apostólico», que fue el encargado de realizar las pesquisas necesarias. A Vizcaya se desplazaron en junio dos investigadores desde la sede de la Conferencia Episcopal, que se reunieron con el joven, el profesor acusado y los representantes del colegio. Según varias fuentes, sus indagaciones fueron exhaustivas, aunque desde la familia se asegura que «fue un encuentro informal». «Se presentaron como enviados del Papa y dijeron que sólo se trataba de transmitirles el interés del Pontífice en el asunto», aseguró el pasado lunes Leticia de la Hoz.
Sea como fuere, el delegado apostólico «transmitió todo lo actuado con sus conclusiones» el 15 de julio, es decir, seis meses después de iniciar su trabajo. «Se ha procedido con prontitud y cautela en una completa indagación canónica que incluyó un minucioso análisis ‘super actis’, valorando los numerosos documentos públicos y privados», apunta la Congregación de la Doctrina de la Fe en su nueva comunicación.
«De este modo», continúa la carta, «este dicasterio ha velado para que se acreditara la verosimilitud de la ‘notitia criminis’ y la eventual imputabilidad del profesor, respetando en todo momento su dignidad, su presunción de inocencia, y sus garantías procesales, así como los derechos del menor y de los testigos», concluye.