(Fides) Una parte de estos grupos actúa en coordinación con las milicias kurdas, mientras que otra aparece vinculada a las tropas del ejército gubernamental.
En mes de marzo pasado, el obispo Afram Athnil, miembro de la Iglesia Asiria de Oriente – a la que pertenecen los cientos de cristianos del valle del Khabur tomados como rehenes por los yihadistas del Estado Islámico (Daesh) desde febrero pasado - dijo públicamente que no se identifica con ninguna de las partes del conflicto sirio, haciendo hincapié en que los cristianos son «extraños a la cultura de las armas» e indicando claramente que ninguna facción o milicia paramilitar que opere en Siria puede verse como brazo armado conectado a la comunidad cristiana asiria.
Lo hizo en una carta a los líderes de Daesh, para marcar las distancias de todos los grupos armados que operan en el campo y para exigir la liberación de cientos de rehenes cristianos que todavía están en manos de los yihadistas. En su carta el obispo Afram negó la existencia de una alianza con los soldados kurdos vinculados al PKK, y dejó claro que las milicias conocidas por las sigla 'Sotoro', descritas en la prensa internacional como milicias cristianas asirias, no han recibido nunca ningún mandato ni aprobación por parte de la Iglesia.