(La Tercera) A la intervención urbana realizada en Maipú, llegaron alrededor de diez mil personas, la mayoría familias completas, quienes participaron activa y organizada de las actividades en la explanada del Templo.
«Pedimos a cada persona que vota que renuncie a sí misma, a sus anhelos, a su interés particular, a su miedo al rechazo, que renuncie a sus heridas, incluso a sus ideas, y que nos mire a las mujeres a los ojos y deje de vernos como un aparato reproductivo que lleva una terrible enfermedad que se llama fertilidad y vida, de la que hay que deshacerse. Las mujeres somos personas y nuestros hijos merecen vivir en dignidad», dijo Vial.
La vocera de Mujeres de Blanco hizo además un llamado a los parlamentarios a que decidirán el destino de esta Ley de aborto, la que considera «discriminadora y brutal», pidiendo «abrir los ojos ante un engaño que, en cincuenta años más, será visto como el peor holocausto de la humanidad».
En este sentido, la agrupación acusa al gobierno y a los legisladores, de disfrazar el horror del aborto con palabras bonitas: derechos de la mujer, «cuando, en la realidad, lo que están promoviendo es un negocio lucrativo, a costillas de la mujer y de su hijo».
El acto se desarrolló de manera conjunta, en 33 ciudades del país. Según la agrupación, en cada ciudad, se ha escogido un lugar simbólico e importante, para defender los derechos humanos de las mujeres y de todos los niños de Chile: sean pobres o ricos, sean deseados o no, vengan sanos o enfermos.