(Zenit) Los refugiados nigerianos –informó L'Osservatore Romano– están participando estos días en un campamento internacional organizado por la obra de Giorgio La Pira, pero llevan cuatro meses viviendo en el seminario de Fiesole.
Esta mañana, para presentar a los jóvenes al Santo Padre, también estaba el obispo de Fiesole y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Mons. Mario Meini, junto al seminarista Francesco Ciapetti.
«Los chicos nigerianos no están solo acogidos en el seminario, sino que viven en la comunidad –explica el prelado–, y esta forma de intercambio es una gran señal de la verdadera solidaridad». Mons. Meini añade que «como profesor de teología estoy seguro de que para nuestros doce futuros sacerdotes sea una experiencia más formativa que cualquier curso de estudio, porque el enriquecimiento es verdaderamente mutuo».
Historias escalofriantes
Las historias vividas por los refugiados son escalofriantes. Para escucharlas, siempre en el marco de la actividad promovida por la obra de Giorgio La Pira, se encuentra Izzedim Elzir, imán de Florencia y presidente de la Unión de Comunidades Islámicas en Italia. «Estando juntos aquí damos testimonio de que el diálogo prosigue –afirma el líder musulmán– y de que trabajando y orando por la paz podemos vencer al terrorismo y al extremismo».
Junto al imán asisten además Odelya Azulay, una joven judía, y Marija Krivoruchko, una chica católica de la parroquia rusa de Santa Catalina en San Petersburgo, que están participando, con otras 130 personas de 16 nacionalidades, en las jornadas centradas precisamente en la «utopía realista» de La Pira a favor de la paz en Oriente Medio y del diálogo con Rusia. Los contenidos fueron presentados al Pontífice por la directora de la iniciativa, Valentina Brocchi.