(ACI/ Matt Hadro) «La Iglesia aún enfrenta un problema global del siglo XXI respecto al compromiso permanente de los católicos con la parroquia y la vida sacramental», señala el estudio realizado por el Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado (CARA en sus siglas en inglés) de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos.
El estudio titulado Global Catholicism (Catolicismo global) recogió estadísticas del Vaticano y otras encuestas a partir del año 1980 para indagar sobre los lugares en los que la Iglesia Católica ha crecido y disminuido a nivel parroquial y para predecir los datos demográficos para la Iglesia en las próximas décadas.
La investigación señala que «este crecimiento se analizó a nivel de parroquia, ya que en última instancia esta es el «ladrillo y el cemento» de la Iglesia, donde los católicos reciben los sacramentos, se relacionan con otros fieles y llevan una vida de fe activa.
El estudio destacó el crecimiento en el número de católicos, sacerdotes, religiosos, parroquias, recepción de los sacramentos, seminaristas e instituciones católicas como hospitales y escuelas en todo el mundo.
La conclusión general del informe apunta a que la Iglesia se encuentra en medio de un «dramático realineamiento». Experimenta una disminución del número de católicos en el centro histórico de Europa, va en desaceleración en América y Oceanía y su auge se concentra en Asia y África.
También se proyecta un desplazamiento católico lejos de los centros tradicionales de Europa y América hacia el «Sur Global», mayoritariamente los países en vía de desarrollo, en los que se incluyen Centro y Sudamérica, África subsahariana, Oriente Medio, Asia del Sur, Oceanía y gran parte del Extremo Oriente.
En entrevista con ACI Prensa, el Dr. Mark Gray, destacado investigador asociado a CARA, explicó las implicancias de este cambio.
Un problema destacado por el estudio es que la mayoría de las parroquias del mundo aún se concentran en Europa y América, donde la Iglesia experimenta un declive o estancamiento en población. El mundo en vías de desarrollo está sumando más católicos, pero no existen suficientes parroquias para servirlos.
«Tienen todas estas hermosas parroquias» en Europa, afirmó Gray. «No puedes tomarlas y moverlas de una parte del mundo a otra tan fácilmente. En consecuencia, en un lugar la Iglesia va a tener que cerrar parroquias y en otro va a tener que construir muchísimas, además de encontrar la manera de organizar su clero».
Otro descubrimiento apunta a que los católicos están participando menos en la Iglesia a medida que crecen en edad, lo cual se ve plasmado en las tasas de participación sacramental.
En todas las regiones, el número de bautismos infantiles por cada mil católicos es mayor al número de primeras comuniones, el cual supera el número de confirmaciones, el que está por sobre el número de matrimonios celebrados dentro de la Iglesia.
Si bien esto era esperable en regiones como Europa en donde se experimenta una baja general de sacerdotes y religiosos, esto también ocurre en todas las demás regiones donde el número de miembros de la Iglesia va en crecimiento.
América tiene una tasa de asistencia a Misa y un número de matrimonios por cada mil católicos inferiores a Europa, pese a que la población católica del continente de la Esperanza es cada vez mayor. Gray subrayó que estos resultados aún deben ser analizados.
Por otra parte, el número de sacerdotes, religiosos y religiosas disminuyó en América desde 1980, a pesar de que el número de católicos y sacerdotes diocesanos ha aumentado en la región.
Incluso en África, continente que experimenta el más alto crecimiento de la Iglesia, hay una fuerte caída en la participación sacramental desde el bautismo al matrimonio. La tasa de matrimonio es en realidad tan baja en África como en América.
Esto puede explicarse debido a la rapidez del crecimiento demográfico que supera rápidamente el crecimiento de sus parroquias. Este continente es el líder mundial con más de 13 mil católicos por parroquia.
«En África, más que en cualquier otro lugar, la Iglesia necesita estudiar la posibilidad de que algunos renuncien o retrasen la actividad sacramental debido a la falta de acceso a una parroquia cercana», sostiene el informe de CARA.
Asia, sin embargo, lidera en la participación sacramental y supera a todas las demás regiones en las tasas de primeras comuniones, confirmaciones y matrimonios.
«Algo sucede en Asia que es notable. Va en contra de la tendencia de todas las demás regiones», señaló Gray, quien agregó que los líderes católicos deberían prestar atención a lo que está pasando allí.
A excepción de China continental, de la que el Vaticano no proporcionó datos, la población católica en Asia aumentó en un 63 por ciento desde 1980. En general, la asistencia a la Misa tampoco se redujo de manera significativa, aunque algunos países asiáticos reportaron una asistencia a la Celebración Eucarística más alta que otros.
El número de sacerdotes diocesanos aumentó en más del doble en Asia desde 1980 y el número tanto de sacerdotes, religiosos y religiosas, aumentó casi al doble, durante ese periodo.
¿Cuáles son las consecuencias de tener muy pocos sacerdotes, religiosos y parroquias para responder al el crecimiento global de los católicos en todo el mundo?
En algunos lugares, el fenómeno de cierres y consolidaciones de comunidades parroquiales tendrán como consecuencia la existencia de «mega parroquias». Sobre todo en Europa y América del Norte, donde esto ya sucede. Gray explicó que el resultado podría ser una crisis de la comunidad en la que muchos católicos experimentan el «anonimato» en medio de tantos feligreses.
Estos católicos «anónimos» estarían menos entusiasmados de participar en la vida de su parroquia: donarían menos, participarían menos en los sacramentos y traerían cada vez menos a sus hijos a la Iglesia.
Esto es particularmente difícil para Europa y América del Norte, señaló Gray, porque históricamente estas regiones eran bien atendidas con parroquias y sacerdotes, y se acostumbraron a tener comunidades locales más pequeñas en lugar de grandes parroquias misioneras.
Ahora, no sólo las parroquias serían más grandes, también los sacerdotes servirían a múltiples parroquias, dejando a los católicos con menos oportunidades para relacionarse con su párroco.
«Por mucho tiempo las personas esperaban ir a su parroquia local cuando quisieran, llamaban a la puerta y les abría un sacerdote. Especialmente cuando alguien estaba muy enfermo», recordó Gray. Ahora esto pareciera no ser el caso.
Europa va a tener una disminución del cinco por ciento en su población católica para el 2050, predice el informe, pero lo más alarmante es que el número de sacerdotes diocesanos y religiosos con votos ya ha caído en un 40 por ciento desde 1980, así como también ha disminuido el número total de parroquias.
En consecuencia, sacerdotes de otros continentes, como África, ya han tenido que trasladarse para servir a los católicos de Europa y América. Esto pone una presión adicional sobre la Iglesia en África, donde el crecimiento significativo en las parroquias, sacerdotes y religiosos todavía no logra responder al mayor auge de su población católica.
«Mientras que algunos sacerdotes africanos sirven internacionalmente en parroquias de todo el mundo, esto puede llegar a ser más difícil en las próximas décadas con las necesidades más apremiantes en el continente», señala el informe.
De las regiones incluidas en el informe, África experimentó el mayor aumento de católicos por parroquia desde 1980, pasando de 8.193 católicos por parroquia en 1980 a 13.050 en 2012.
Pese a que el número de sacerdotes y parroquias en África han subido por más del cien por ciento en ese periodo de tiempo, el número de católicos se ha disparado en un 238 por ciento, lo que aumenta la brecha entre el número de católicos y el número de sacerdotes y religiosos.
Según el estudio, el esplendor católico que vive el continente es una consecuencia del auge de su población, ya que las tasas de fertilidad en cualquier región se relaciona directamente con la vitalidad de la Iglesia en esa zona.
Cuando la tasa de fecundidad está por debajo del nivel de reemplazo de 2,1 hijos por pareja - como en la mayoría de los países de Europa - la Iglesia está en una situación compleja.
Cuando la tasa de fecundidad es más alta y está por encima de la tasa de reemplazo - como en el África subsahariana con un 5,15 - la Iglesia está creciendo rápidamente.
Y cuando la tasa de fecundidad se acerca al nivel de la tasa de reemplazo - como en América Latina y el Caribe, donde cayó de 4,2 en 1980 a 2,18 en 2012 - el crecimiento de la Iglesia está en desaceleración.
La explicación de Gray para esto es simple: Menos nacimientos «significa eventualmente un menor número de bautizos, primeras comuniones, menos matrimonios, poblaciones más pequeñas».
Traducido por Bárbara Bustamante