(Verdad en Libertad/Jennifer Almendras) El obispo emérito de Torit, Sudán del Sur, Paride Taban, aseveró que el país «nunca había tenido 500.000 niños en la calle», y lamentó verlos comer en la basura, ante la guerra que continúa en el Estado más joven del mundo. Allí la Iglesia se trabaja en la intermediación entre las partes en conflicto.
«Debemos pedir perdón a todos los que nos ayudaron a obtener la independencia. Todos somos culpables. Debemos admitir que nos equivocamos y volver a empezar desde el principio. Nunca había visto chicos comer en la basura en Juba - capital del país-. Nuestro país nunca había tenido 500 mil niños de la calle. He visto gente vivir en casas abandonadas, veían los vehículos llenos de soldados y de armas pasar frente a ellos. ¿De dónde vienen, quién les ha dado armas tan pesadas y caras? Hace algunos días celebré un funeral de grupo en mi ciudad, Torit, y comencé a llorar, desesperado. La gente me decía: ‘¡Obispo, no llores! Si tú lloras, ¿dónde vamos a acabar?’. Entonces pedí a unos noruegos, que estaban en la celebración: ‘¡Ayúdennos a que Sudán del Sur sea como Noruega, un país en el que la gente muere de vejez!», imploró.
Sudán del Sur celebró el cuarto año de su independencia, el 9 de julio pasado. Desde diciembre de 2013 volvió la guerra a Sudán del Sur, debido a las divisiones entre el presidente Salva Kiir y su vicepresidente, Riek Machar.
Ambos líderes políticos exasperaron el conflicto entre los dos principales grupos étnicos del país: los dinka y los núer, una división que se heredó de generación en generación. Un informe de la fundación Ayuda a la iglesia Necesitada denunció que mucha gente se ve obligada a comer hierba y frutos silvestres para no morir.
Actualmente, más de 1.000.000 de niños están desnutridos, 500.000 personas huyeron al extranjero y hay 2.000.000 de desplazados internos. Los enfrentamientos provocaron más de 500.000 víctimas.