(AP) Aunque el incidente se produjo el jueves por la noche, durante el coctel que cada año ofrece la Sección de Intereses - próximamente será embajada- en homenaje a la fiesta de Independencia del 4 de julio, al pasar de los días tuvo tanto impacto entre los disidentes y la comunidad de exiliados que el propio Arzobispado salió a dar su versión este lunes.
«Es cierto que el señor Egberto Escobedo, acompañado de otra persona, se acercó al cardenal Jaime Ortega con la intención de entregarle un documento, según alegó, con información sobre presos políticos. El cardenal Ortega le dijo que ese no era el lugar indicado», expresó un comunicado del Arzobispado de La Habana.
«Quisimos aprovechar la oportunidad de entregarle personalmente el documento y poder conversar», comentó este lunes a la AP, el disidente cubano Escobedo, quien es miembro de una organización llamada «Frente Nacional de Resistencia Cívica Orlando Tamayo».
El coctel fue realizado en la residencia del jefe de la misión estadounidense, una majestuosa casa con varios salones de altos puntales y un enorme patio.
La intención de Escobedo y otra persona era entregar a Ortega un listado de presuntos presos políticos, saliendo al cruce de comentarios del prelado, quien en semanas anteriores dijo desconocer la existencia de éstos en cambio y estar recibiendo centenares de cartas de familiares de condenados por causas comunes de cara a la visita del papa Francisco prevista para septiembre próximo.
Según el Arzobispado, «molesto con la sugerencia del cardenal Ortega de entregar el documento en el lugar indicado, el señor Escobedo comenzó a criticar en alta voz al cardenal» y tuvo que venir otro sacerdote y llamarlo al orden.
Pero en su entrevista telefónica con AP, Escobedo, insistió que fue Ortega «quien se enojó y reaccionó de manera descompuesta», a la par que amenazó a los disidentes «con buscar a la seguridad» para que los sacara del lugar.
Escobedo aseguró que Ortega llamó «gusanera» a los medios de prensa de La Florida, donde muchos emigrados cubanos viven y hay periódicos y canales para ellos que suelen criticar al gobierno cubano. «Las expresiones ‘prensa de la gusanera’ y ‘prensa contrarrevolucionaria’ no fueron utilizadas por el arzobispo de La Habana, ni se corresponden con su vocabulario», comentó por su parte la nota del Arzobispado.