(Fides) Los yihadistas han intentado tomar la ciudad y han sido rechazados, mientras que la contraofensiva kurda está siendo un éxito. La serie de ataques comenzó con una explosión en una cisterna adyacente a una guarnición de milicias kurdas. A continuación, un camión lleno de explosivos fue detonado en el noreste de la ciudad. Otro ataque tuvo lugar cerca de una fábrica de agua mineral.
A los tres atentados llevados a cabo con explosivos se ha añadido una acción llevada a cabo por un comando de tres yihadistas contra un cuartel del ejército, en el centro de la ciudad. Antes de ser eliminados, los tres hombres del comando han matado a dos oficiales y cuatro soldados.
La serie de atentados ha marcado las dos horas de la tarde en las que la población sale de casa para abastecerse de comida y bebida y romper el ayuno del Ramadán.
«La intención» según cuenta a la Agencia Fides el arzobispo siro-católico Jacques Behnan Hindo «era evidentemente la de hacer el mayor daño posible y extender el terror, golpeando tanto a la milicia kurda, como al ejército gubernamental».
Avance de los kurdos
«Por otro lado –añade Mons. Hindo, que dirige la eparquía siro-católica de Hassakè-Nisibi– estas acciones parecen actos desesperados de aquellos que están perdiendo terreno. Los yihadistas del Daesh (acrónimo árabe utilizado para referirse al Estado Islámico) habían tratado de entrar en Hassaké pero fueron rechazados».
«En las últimas horas», explica, «han perdido mucho terreno y muchos hombres a causa de la ofensiva de las milicias kurdas, que han prevalecido en los enfrentamientos cerca de la localidad de Ain Issa y ahora avanzan hacia Raqqa, el bastión yihadista. Por eso las iniciativas aisladas de algunos militantes yihadistas en Hassaké parecen más bien un indicio de debilidad por parte de aquellos que actúan sin seguir una clara visión estratégica».