(AIN) Con motivo del primer aniversario de la ocupación de su ciudad por el grupo terrorista islámico, el Arzobispo Yohanna Mouche ha lanzado un emotivo llamamiento a «la gente que tiene la responsabilidad» para que expulsen al EI y hagan posible que la gente que se vio obligada a huir pueda regresar y reconstruir su vida.
En una entrevista con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, el Arzobispo de Mosul, Kirkuk y Kurdistán ha dicho que, a doce meses de su expulsión por el EI, los cristianos desplazados al norte kurdo de Irak todavía desean volver a sus casas.
El prelado ha insistido en que expulsar al EI es la «mejor solución» para los 120.000 cristianos desplazados de Mosul el 10 de junio de 2014 y los expulsados de Nínive, donde pueblos y ciudades –incluidas 13 mayoritariamente cristianos– fueron conquistados por el EI en la noche del 6 de agosto.
Haciendo hincapié en la miseria de los cristianos que abandonaron sus casas con lo puesto, el Arzobispo Mouche ha indicado: «Lo único que les puede devolver la alegría y la dignidad es regresar a casa… Por ello, rogamos a todos que ejerzan presión sobre las personas que tienen la responsabilidad de liberar (los pueblos y ciudades) lo antes posible para que la gente pueda regresar y continuar con su vida en paz en sus casas. Esta sería la mejor solución». En su llamamiento a los cristianos de Occidente, dijo: «Os pido que recéis por nosotros […] especialmente por nuestros líderes políticos, para ayudarlos a encontrar la solución que nos permita regresar a nuestras ciudades».
Entretanto, uno de los sacerdotes de Mosul del Arzobispo Mouche, el Padre siro-católico Georges Jahoula, ha informado de que el martes, 9 de junio, el EI conmemoró el primer aniversario de la conquista de la ciudad con la transformación de la iglesia siro-católica de Efrén en una mezquita. El Arzobispo Mouche ha asegurado que los cristianos están deseando regresar a sus comunidades de Nínive si expulsan al EI, pero solo si los islamistas también se van de Mosul, pues esta ciudad tiene una enorme influencia en la región. En cambio, dijo que en Mosul, la ruptura de las relaciones con las demás comunidades hace que los cristianos sean reticentes a regresar incluso si la ciudad es liberada del EI.
Las declaraciones del Arzobispo reflejan la creciente frustración que padece gran parte del clero en Oriente Próximo debido a la reticencia de Occidente a llevar a cabo una intervención a gran escala contra el extremismo en la región. El Arzobispo Mouche ha dicho que si Occidente no es capaz de redoblar los esfuerzos contra el Estado islámico, debería abrir sus puertas a los cristianos y demás personas en busca de asilo. Concretamente, dijo: «Exhorto a la comunidad internacional: si no pueden protegernos, tienen que abrir sus puertas y ayudarnos a empezar una nueva vida en otro sitio. No obstante, preferiríamos quedarnos en Iraq y vivir protegidos en Iraq».
El Arzobispo describió la conmoción y la angustia que sintió cuando él y su comunidad se vieron obligados a huir de Mosul sin el menor preaviso cuando el Estado Islámico penetró en la ciudad y empezó a exigirles a los cristianos que se convirtieran o abandonaran la ciudad. Desde la caída de Mosul, la vida no ha sido fácil para el Arzobispo: «Soy como alguien que está soñando o está borracho. No puedo entender lo que ocurre a mi alrededor. Es una pesadilla».
En cuanto a los informes difundidos sobre la destrucción de propiedades y edificios religiosos por parte del EI, ha dicho que su contacto con la ciudad estaba roto, y ha añadido: «Todo nuestro patrimonio está en Mosul, en Qaraqosh [antes la principal ciudad siro-católica de Nínive, también llamada Bajdida] y, en especial, en el monasterio de San Behnam, que data del siglo IV. He oído que han destruido algunas partes de este monasterio, que es bastante famoso y antiguo, y que alberga miles de documentos. En cambio, no tenemos noticias de nuestras iglesias y monasterios de Mosul porque nadie se ha quedado en la ciudad para informar sobre ello». El Arzobispo ha hecho estas declaraciones tras aparecer el vídeo que muestra el grado de opresión que padece la gente en Mosul bajo la ocupación del EI.
Mons. Mouche ha manifestado su gratitud a Ayuda a la Iglesia Necesitada, la fundación pontificia que ha dado prioridad a los cristianos y otras comunidades religiosas que sufren en Iraq y, en especial, a los que huyeron de Mosul y Nínive hacia el norte kurdo del país. La fundación pontificia ha suministrado víveres, alojamiento y medicinas a los cristianos desplazados en Irak y a los que han huido a los países vecinos de Jordania, Líbano u otros. Además, AIN ha subvencionado la construcción de ocho escuelas para iraquíes desplazados en el norte kurdo: cinco en Ankawa (un suburbio mayoritariamente cristiano de la capital de Erbil) y tres en Dohuk, en el extremo norte del país. El Arzobispo Mouche ha dicho: «Necesitan de todo: casas, medicamentos, educación y medios de transporte».