(Asia News/InfoCatólica) No finalizan las polémicas sobre las ejecuciones capitales, reiniciadas en los meses pasados -en el contexto de la lucha lanzada por el gobierno contra el terrorismo- después de una moratoria que duró varios años hasta el día después de la matanza en la escuela militar de Peshawar.
En el ataque realizado por los talibanes en diciembre pasado murieron 150 personas, entre niños, docentes y personal del centro, acto que levantó y provocó una profunda sensación de indignación en todo el país.
Ayer el ministerio de asuntos Exteriores de Islamabad rechazó al remitente el pedido lanzado por la Unión europea para que se prohibiera la pena de muerte, subrayando que ella «está conforme» al derecho internacional.
Qazi Khalilulla, portavoz del ministerio, afirma que sólo los condenados por crímenes odiosos y gravísimos son sometidos a la pena capital. Además, agrega el político, la decisión de conminar la condena a muerte «es una cuestión interna de Paquistán» y no se admiten interferencias externas.
La declaración del portavoz es una respuesta al pedido formulado el día precedente por Bruselas, donde exhorta a Islamabad a reintroducir la moratoria sobre las ejecuciones capitales y respetar todas las obligaciones internacionales a las cuales está sometida. Los responsables de la Unión europea además han manifestado gran preocupación por el creciente número de condenas llevadas a cabo en el país.
Según Bruselas desde diciembre de 2014, Pakistán ha ajusticiado al menos a 150 personas. Desde la finalización de la moratoria, Islamabad introdujo la decapitación por reatos relacionados con el terrorismo, para luego extenderlos en un segundo momento, tal práctica a todos los casos de pena capital conminados por los jueces.
Joven católico ahorcado
En los días pasados provocó una profunda preocupación la cuestión del joven católico ahorcado por Islamabad, si bien él se haya declarado siempre inocente de un (presunto) homicidio cometido cuando tenía sólo 15 años. En una conmovedora carta escrita en la cárcel, el día antes de la ejecución y publicada por AsiaNews,Aftab Bahadur Masih, declaró: «Soy inocente, pero no sé si esto hará alguna diferencia. Quisiera que mi pueblo poseyese un sentido de unidad nacional capaz de vencer su odio interreligioso».