(Ratzingerganswein) El prefecto de la Casa Pontificia, Mons. Georg Gänswein, secretario privado del Papa Benedicto XVI, en una larga entrevista a Adnkronos, afronta los temas de mayor actualidad y habla de su vida ‘dividido’ entre dos Papas y de su nostalgia.
La sorpresa de Ratzinger se materializará cuando el Papa emérito rompa la clausura al optar por estar presente en la inauguración de la biblioteca dedicada a su vida y su pensamiento. Será a finales de agosto, Benedicto XVI saldrá del monasterio Mater Ecclesiae para participar en la inauguración de la Biblioteca Ratzinger situada dentro del Pontificio Colegio Teutónio en el Vaticano. El propio Ratzinger donó una gran cantidad de volúmenes y copias. «Otros – recuerda el secretario – fueron donados por la Fundación del Vaticano que lleva su nombre, responsable de la financiación de la iniciativa.»
El Papa Francisco también mantiene contacto con Benedicto XVI, quien ha querido estar a su lado en algunas celebraciones de especial importancia para la Iglesia. De vez en cuando se encuentran, se hablan por teléfono, se escriben. ¿Se puede hablar de una cierta nostalgia, por así decirlo doméstica, ligada a la cotidianidad, por parte de Ratzinger? «Francisco y Benedicto -reitera el Prefecto- son dos personalidades muy distintas. Para Francisco el contacto directo con la gente es necesario. Le hace bien, lo refuerza, y no se trata de un contacto cercano sólo para conseguir aprobación. Los baños de multitud son para él regeneradores. Benedicto es una persona más bien reservada y discreta, un intelectual pero con un gran corazón; para él el contacto directo le hacía bien pero no se sentía cómodo con las grandes multitudes. Fracisco es, por así decirlo, el Papa del «encuentro», quiere ser visto, tocado».
El Papa Francico, de vez en cuando, ha hecho referencia a su fatiga y a su edad. Consideraciones que nos hacen pensar, si en un mañana, tomará la decisión de dimitir como hizo el Papa Benedicto. «Yo también lo escucho -observa el Prefecto- en cada Ángelus y al final de cada discurso, Francisco pide siempre que se rece por él. Es verdad, cada cierto tiempo alude a su cansancio, pero no se sabe qué es lo que hay detrás de esta alusión. Obviamente esto es alimento para los rumores… Cierto es, que la renuncia de Benedicto XVI ha abierto una puerta pero este gesto no ha dado vía a un automatismo, a una práctica de futuro».
Afrontando el tema del próximo Sínodo sobre la familia, Monseñor Gänswein expresa una convicción clara: «Creo que si nos centramos en el tema fundamental se conseguirá un gran avance. Lo primero, por lo tanto, se deberá hablar de la familia y de la evangelización como reto actual sin dejarse condicionar por argumentos laterales o secundarios». El Arzobispo alemán se refiere a la cuestión de la comunión a los divorciados vueltos a casar y las uniones homesexuales. «Espero, y estoy convencido que la sana doctrina y la tradición católica serán las guías seguras para encontrar las justas soluciones respecto a estas cuestiones delicadas. Soy sacerdote desde hace 31 años y conozco a muchas personas en dificulad que no viven en un matrimonio «regular». Ellos, justamente, esperan la ayuda de la madre Iglesia, una ayuda que se toma en serio su situación «herida» sin cerrar los ojos a los problemas concretos referidos a la vida sacramental. Al mismo tiempo deben ser acompañados con comprensión, sinceridad y magnanimidad».
De la Irlanda católica, sin embargo, con el referendum popular ha llegado el sí a los matrimonios gay. «La situación en Irlanda -observa mons. Gänswein- era y es difícil, me temo que muchos se dejarán influir por un espíritu hostil a la Iglesia Católica y también por una campaña mediática por parte de los defensores de las uniones gay. Equiparar el matrimonio sacramental con las uniones homosexuales es inaceptable y en contra de la antropología bíblica y cristiana «.
Monseñor Gänswein muestra preocupación por la plaga de la corrupción surgida de los nuevos avanzaces en la investigación sobre la mafia de los capitales. «El Papa habla a menudo de la corrupción -observa-. Una corrupción de las mil caras. Son los pecados capitales que vuelven. Se debe hacer todo lo posible para hacer limpieza. Ya no es una cuestión de afiliación política, nos encontramos delante de una epidemia contra la cual debemos reaccionar sin demora».
El Prefecto de la Casa Pontificia cultiva una pasión particular por la literatura infantil. Además de «¿Por qué el Papa tiene los zapatos rojos», volumen de preguntas que le hicieron al padre Georg niños de un colegio alemán, Gänswein ha escrito el prefacio de un libro para niños donde un gato, el animal más amado de Ratzinger, cuenta la vida del Papa. En las fábulas casi siempre hay un lobo malvado. ¿Cuál es hoy el ogro que asusta más al mundo? «El lobo feroz que amenaza al mundo y que es difícil de combatir es la desesperación, la falta de esperanza, la angustia por el futuro. Los hombres deben volver a esperanzarse», argumenta el secretario particular de Ratzinger.
Una consideración de Monseñor Gänswein la reserva al uso desesperado de las redes sociales: «Atención, el abuso de estos medios es susceptible de crear un ermitaño, una especie de estado de separación -denuncia-. Incluso durante las audiencias del Papa existe el peligro de que los fieles, abusando de estos medios, se distraigan perdiendo de vista la sustancia del evento. Esto equivale a no dar nuestra propia presencia en lo que sucede».
¿Qué es lo que echa de menos en sus días llenos de compromisos? «Echo de menos tiempo para la vida pastoral. Me gustaría ejercer mucho más de sacerdote y de arzobispo. Recibo muchas invitaciones a las que me veo obligado a declinar», se lamenta.