(Argentinos Alerta) La pequeña estuvo cuatro meses internada bajo cuidados intensivos en la Neo de Clínica y Maternidad del Sol. Luchó para vivir, se aferró al amor y sobrepasó todas las complicaciones. En unos días dejará la institución para ir a su casa.
Naty, su mamá, peleó todo este tiempo junto con ella, sin despegarse de su lado en la sala de esa clínica. Más tranquila, y sabiendo que la lucha dio sus frutos, escribió en Facebook este conmovedor post que tituló «Carta abierta de una mamá a otra».
Mi nombre es Natalia Gigi, quiero contarles mi experiencia personal. Hoy, tras casi cuatro meses, puedo decir gracias y creo en los milagros. Tengo 39 años y me ha tocado vivir situaciones difíciles. Lo que nunca imaginé fue traer al mundo a una bebé de 480 gramos con un embarazo de seis meses y medio.
Todo venía bien, hasta que de repente un malestar y dolor de cabeza me hizo acudir a a Clínica y Maternidad del Sol, donde el Dr. Alejandro Cugnini seguía mi embarazo. Justo ahí, comenzó el camino de lo que sería el milagro más grande e importante de mi vida.
Fue el 15 de enero de 2015, cuando nació mi bebita, por urgencia. Ambas corríamos riesgo. Sentí miedo, mucho miedo, le pedí a Dios, lloré y lo único que le pedía era que no me dejara, que la quería conmigo para siempre.
Milagros, nació con el tamaño propio de esa etapa gestacional. O sea que con una mano mía podía envolverla.
Jamás pensé que podía sentir tanto amor, tanta entrega. Toda la Neo se puso en la difícil tarea de sostenerla y equilibrarla. Luchar minuto a minuto para que mi bebita lograra salir adelante y vivir.
Fueron días muy duros, de mucha incertidumbre, desasosiego, de ingresar a un mundo que desconocía, pero algo bueno entre tantas cosas, fue encontrar gente maravillosa que con tiempo, paciencia, abrazos, palabras e inclusive desde el mayor de los silencios y con todo el amor del mundo cuidaron de mi bebita. Ver que médicos, enfermeros, y cada uno de las personas que trabajan en una Neo, dejan horas de sus vidas, entregan amor y profesionalismo, abrazan a tantos pequeños y personalizan a cada uno de ellos, a cada mamá y a cada familia...fue un sostén fundamental.
Pedí a Dios y pido una oportunidad de devolver un poquito de todo lo que me dieron a mí y a mi hija. Hoy me dió la oportunidad de llevar a todos ustedes mi experiencia de vida. Dura, durísima. Sentí que por momentos me desarmaba, pero al ver tanto amor y tanta lucha me volvía a fortalecer.
No me alcanzan las palabras para agradecer la dedicación, el amor, la contención del Dr. Mario Espósito, del Dr. Jorge Di María, al Dr. Lucas Manzur. Gracias de corazón, doctora Nancy Tissera, doctora Rosita y doctora Mili. Y a tantos otros que día y noche trabajaron y se preocuparon por mi hija. .
A las mamás que en cualquier rincón del mundo estén pasando esta situación, que tienen a su bebé en una Neo, que nació prematuro/a, sé lo que están viviendo, pero sepan que se puede, claro, se puede!
Hablale, cantale, decile cuanto lo/a amas y todas las cosas que van a vivir. Tocalo/a, que sienta tu presencia. El amor cura.
El amor de una madre puede conectarse con Dios. Y Dios escucha. Apoyate en la fe, en tu familia, en tus amigos, en los profesionales médicos, pero por sobre todas las cosas cree en tu bebé y en sus ganas de vivir.
Si Dios quiere en pocos días nos darán de alta. Ana Milagros cumplirá el próximo 15 de Mayo sus cuatro meses de vida. Mi hija es lo más hermoso que me ha pasado en la vida. Ella me eligió como mamá y así transitaremos este camino, juntas.
No me alcanzan las palabras para expresar todo.
Pero solo me quedo con un mensaje: « los Milagros existen».
Gracias de todo corazón. Natalia, mamá de «Gigi»
La historia de Milagros
Se trató del primer embarazo de Natalia, y entre la semana 24 y 25 de gestación presentó problemas de hipertensión y una aparente infección que adelantaron el nacimiento.
«Es un caso conmovedor porque se trata de una beba que nació muy pequeñita y afrontó todos los riesgos propios de un nacimiento prematuro. Y aunque podría haber presentado hemorragia cerebral, infecciones, alteraciones en el fondo de ojo así como tantas otras secuelas que dejan este tipo de partos; en pocos días se va de la Neo sin ningún tipo de alteración en su sistema nervioso central», dice Lucas Manzur, neonatólogo.
El especialista asegura asegura que se trató de un caso complicado que tuvo etapas de evolución pero también de involución y que fue fundamental el amor y la contención que Ana Milagros recibió de su mamá y de todo el equipo de Neonatología de la Clínica.
Hoy, la bebita dejó la clínica con 2,100 kilos. «Cuando pasan estas cosas, no podemos más que sentirnos felices y orgullosos. Nuestro equipo hizo un gran trabajo, y también Milagros y su mamá», finalizo Mario Espósito, jefe del servicio de Neonatología de la institución.
