(SIC/InfoCatólica) El arzobispo compostelano asegura que esa inquietud ha de «manifestarse en el ámbito de la la familia, de la educación, del trabajo, de la política, de la cultura y de la economía compartiendo el don de la fe y la esperanza a la que hemos sido llamados».
Esta jornada, que se celebra bajo el lema«Familia cristiana, apóstoles en el mundo», se desarrollará este próximo domingo, solemnidad de Pentecostés.
«La Iglesia», asegura Mons. Barrio, «necesita laicos comprometidos, siendo coherentes con su fe y viviendo la pasión de servir al prójimo». Para realizar esta misión, explica el arzobispo, «es necesario seguir las enseñanzas de la doctrina cristiana, sintetizadas en el Catecismo de la Iglesia Católica y en la Doctrina Social de la Iglesia, sobre todo en la defensa de la dignidad de la persona, la fraternidad y la solidaridad».
Esta tarea, comenta don Julián, no está exenta de dificultades. «Relativizar la vida humana», indica, «desvirtuar y manipular nuestra fe, construir una cultura al margen de la tradición católica con estilos de vida y comportamientos ajenos a nuestro compromiso cristiano, es algo que se representa en el plató de nuestra sociedad».
«Pero en este momento», añade el prelado compostelano, «percibimos el poderoso aliento del Espíritu que reanima el pueblo de Dios y despierta en medio de este, carismas de todo tipo: el amor por la palabra de Dios, la participación activa de los laicos en la vida de la Iglesia y en la evangelización, el compromiso constante en el magisterio eclesial y en los comportamientos en favor de los pobres y de los que sufren».