(El País/InfoCatólica) El Vicario General del Opus Dei aborda en la entrevista divesas cuestiones.
Papa Francisco
Qué balance hace de los dos primeros años de Francisco?
El balance es muy positivo. El papa Francisco ha introducido oxígeno a la Iglesia, que salía de un periodo complicado. Transmite la esencialidad del Evangelio. El oxígeno en gran parte se debe a la coherencia del papa Francisco, que hace lo que dice.
¿Las grandes expectativas que ha levantado el Papa no pueden producir en un medio plazo cierta desilusión?
Los medios de comunicación han subrayado mucho las “aperturas” del papa Francisco, pero tal vez no han subrayado suficientemente las exigencias que trae una vida de acuerdo con el Evangelio. En la media en que se señalen las exigencias quizás se acabe un poco la luna de miel de este pontificado, pero es una consecuencia no de un error de Francisco sino de la misma naturaleza de las cosas.
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¿Qué relación tiene con el Papa?
Lo conozco desde el año 2000. Desde el primer momento hubo una gran sintonía. En la asamblea general del episcopado latinoamericano de Aparecida (Brasil), donde convivimos 21 días y terminamos tuteándonos. Tengo la esperanza de que mi relación sea de amistad.
Visión del Opus Dei errónea
Muchas personas consideran que el Opus Dei es una organización elitista, que busca la cercanía del poder. O sea, el polo opuesto a esa Iglesia pobre y para los pobres que predica Francisco...
La percepción de que el Opus Dei es elitista me parece que es propia de una visión burguesa. Lo pueden decir las clases medias y altas de Madrid o París, que quizá no conocen la realidad de tanta gente humilde y cercana al Opus Dei que vive en las periferias de estas ciudades. La percepción que se tiene en Kinshasa o en los suburbios de Guatemala, de Argentina, Paraguay o Bolivia es totalmente diferente. Allí tenemos muchas labores apostólicas hacia los últimos, una de ellas nos la encargó el cardenal Bergoglio en Buenos Aires. Con lo cual no creo que sea una percepción generalizada, aunque me doy cuenta de que en muchos medios de comunicación que pertenecen a esta perspectiva burguesa se pueda tener esta visión.
Si en España se ve al Opus Dei como una elite y allí no, hay dos Opus, uno europeo y otro de América o África...
No… Decía San Josemaría: de 100 almas, nos interesan las 100. O sea, también nos hemos ocupado de los intelectuales, de lo que hoy se podría llamar clases dirigentes, precisamente porque nos interesan las 100 almas, y si logramos que las personas que toman decisiones en la sociedad sean coherentemente cristianas habría mucha menos pobreza en este mundo, mucha menos desigualdad, menos cultura del descarte. Yo participé en la redacción del documento de Aparecida y allí se dice: a la luz de la opción preferencial por los pobres es necesario que la Iglesia evangelice a las clases dirigentes.
Papel de la mujer en la Iglesia
El Papa repite que la Iglesia tiene que contar más con las mujeres. ¿Cómo?
Estoy de acuerdo con él en que todavía no hemos descubierto todas las consecuencias del genio femenino en la Iglesia. Hay muchos lugares en la Iglesia que no implican la ordenación sacerdotal donde la mujer podría estar más presente
Entre los aspectos negativos que atribuyen al Opus Dei es que la mujer siempre ha ocupado un papel subalterno
En primer lugar, son más las mujeres que los hombres. Luego, hay una total igualdad entre varones y mujeres en lo que respecta a sus roles sociales, también dentro de la Obra. San Josemaría tuvo que luchar en los años 50 para que la Santa Sede aprobara que las mujeres pudieran hacer también estudios de filosofía y teología y que pudieran asistir a las universidades pontificias. Y recibió continuas negativas hasta que al final accedieron. Yo no percibo que se minusvalore a la mujer en la Obra.