(Le Parisien/InfoCatólica) Extractos de la entrevista al cardenal Barbarin:
¿Es usted Charlie?
Pocas veces he sido feliz con las viñetas de Charlie Hebdo. Varios me dolieron, incluyendo aquellas sobre el Papa Benedicto XVI y el cardenal Vingt-Trois. Burlarse de la fe de los demás sigue siendo doloroso. Pero, obviamente, a pesar de esas ofensas, el horror y la monstruosidad de ir a matar a las personas en su sala de redacción no tiene medida. Fue un shock para todos nosotros. Fui a mostrarlo la misma noche en Lyon. Pero nunca salí diciendo que «Yo soy Charlie». Ello habría sido una mentira, y además nadie me habría creído.
¿Qué lecciones saca usted de estos trágicos acontecimientos?
Que el mundo está enfermo. Cuando una sociedad se echa a perder por la violencia, la gran pregunta dentro de mí es: ¿Cómo traerla un poco de paz? Al mismo tiempo, yo vivo en una sociedad paor la que tengo un gran aprecio Cuando tuve un infarto en Cayenne en 2013, me salvó. ¡Francamente, gracias!
¿Nuestra vida juntos está amenazada?
Hay grandes heridas, pero también cosas hermosas que suceden aquí. El rector de la Gran Mezquita de Lyon, para mí, es un hermano. Creo que este choque monstruoso ha causado que la gente se encuentren más próxima. En varios lugares, las palabras muy duras de condenan por parte de los musulmanes, han pacificado los espíritus.