(Fides/ACI) Según informó la agencia vaticana Fides, el pueblo está situado a 25 kilómetros de Minya, en la provincia de la que procedían la mayoría de las víctimas de la barbarie yihadista.
Los 21 mártires murieron pronunciando por última vez las palabras «Señor Jesucristo», sellando así su martirio y su confianza en la victoria de Jesucristo.
Después del brutal asesinato, el presidente del país, Abdel Fattah al-Sisi, aprobó la construcción de la iglesia, y fue entonces cuando numerosos fieles lanzaron la propuesta de dedicar el templo a los 21 cristianos.
El gobernador de Minya había celebrado una reunión del Comité de Conciliación con los representantes ancianos y influyentes de los clanes familiares cristianos y musulmanes de la zona, donde participaron representantes del ejército y de las fuerzas de seguridad.
Las reuniones de conciliación y la intervención de los tribunales y los militares también sirvieron para superar las protestas y resistencias que los grupos islamistas locales habían generado en un intento de bloquear el proyecto de construcción de la iglesia, que está patrocinada por el gobierno.