(Portaluz) Ellos han estado orando y ayunando durante esta Cuaresma 2015 por un trío de abortistas criminales…
«Gran parte de nuestro trabajo consistía en denunciar a los abortistas criminales» y su acción, dice Eric Scheidler, director ejecutivo de PLAL. «Pero el Miércoles de Ceniza del año pasado tuve una revelación: debíamos cerrar el círculo y animar a la gente a orar y ayunar por ellos. Que finalmente, se conviertan…».
Pero ahora descubren que es necesario ir más allá. Scheidler señaló a Catholic World Report que hoy una de las estrategias del PLAL para acabar con el aborto en los Estados Unidos y en todo el mundo es animar a la gente para que oren y ayunen regularmente por todos los involucrados en la industria del aborto.
Jack Jakubczyk, presidente de la organización Derecho a la Vida en Arizona (USA) se ha unido también a la iniciativa de orar por la conversión de quienes promueven y trabajan en la industria del aborto. «Es importante que nosotros como creyentes nos tomemos tiempo para orar por ellos y pedir a Dios que alguien pueda intervenir en sus vidas y ayudarles a elegir el camino que lleva a la reconciliación con Dios», comentó. «Aunque sigue habiendo esperanza para los vivos, es una tragedia morir sin arrepentimiento y sin redención».
Eric Scheidler reconoce que comprometerse a orar y ayunar por la conversión de estas personas puede ser difícil. «Es fácil ayunar para un niño que ha dejado la Iglesia, pero es difícil (hacerlo) por alguien vinculado a estos crímenes horrendos contra la humanidad. Porque son los enemigos de todas las mujeres que explotaban, de todos los bebés que murieron, y de todos los que honran la santidad de la vida humana. Sin embargo, si no oramos por ellos, ¿quién lo hará?».
«Siempre hay una causa para la esperanza», comenta el padre C. John McCloskey al referirse a esta campaña de PLAL. Y él lo sabe muy bien, pues estuvo muy cercano al proceso de conversión del Dr. Bernard Nathanson, quien jugó un papel decisivo en la legalización del aborto y realizó más de 60.000 abortos por sí mismo. El Padre McCloskey, ha ayudado a muchos, como Nathanson, en su ‘viaje’ de retorno a la fe.
«Sé por experiencia personal –finaliza el sacerdote- que se necesita la oración y la paciencia cuando se trata de lograr que alguien ‘pro-choice’, especialmente un abortista, entienda que el bebé en el vientre es un hijo de Dios que espera desplegar en el mundo su camino al cielo».