(Agencias) «Somos 500 mil aquí reunidos (...) Un Perú que defiende la vida, que defiende el matrimonio entre un hombre y una mujer y que defiende la familia», dijo un entusiasmado arzobispo de Lima y cardenal, Juan Luis Cipriani, promotor de este encuentro, mientras fuegos artificiales iluminaban el cielo la noche del sábado en el circuito de playas de la capital limeña, donde fue la cita.
«Sí a la vida», «Dios hizo a Adán y Eva, no a Adán y Esteban» o «Dios no creó un tercer sexo», se leía en algunas de las pancartas que llevaban ciudadanos católicos y evangélicos. Estudiantes de colegios religiosos, agrupaciones parroquiales y familias llegaron provistos de carteles, globos y entonando cantos. Según los organizadores, esta es la mayor marcha de su tipo en América Latina.
En un mensaje remitido al Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, y leído por él durante el evento, el Papa Francisco pidió hacer llegar su «cordial saludo a los participantes de la Marcha por la Vida, que tiene lugar en Lima, y a los que se unen con la oración en el compromiso de defender y promover el bien fundamental de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural».
«¡Viva la vida!», expresó Francisco. El Santo Padre también pidió al más de medio millón de participantes en el evento «a dar testimonio con valor y anunciar siempre el carácter sagrado de todo ser humano, creado por Dios a su imagen y redimido por Cristo en la Cruz». El Papa Francisco pidió también, como acostumbra, que recen por él.
En ese momento, el Cardenal Cipriani pidió «rezar ahora mismo por el Santo Padre un Padre Nuestro, para que él desde Roma nos escuche». «Vamos a rezar a ese Dios tan bueno que hoy nos ha congregado», dijo, antes de comenzar la oración del Padre Nuestro.
El Arzobispo de Lima también indicó que el Papa «invoca la celestial intercesión de la Santísima Virgen María y les imparte de corazón la implorada bendición apostólica». «Gracias, Santo Padre, esta juventud te quiere, te espera y reza por ti», concluyó el Cardenal Cipriani.
Más temprano, el sábado, el cardenal insistió que, ante un embarazo por violación, tampoco cabe el aborto. «A un problema de una violación no le podemos añadir el asesinato. El mundo que hoy se atreve a tantas cosas tiene que ser humilde. También la ciencia va en ayuda de esas situaciones. Hay mucha plata para abortar pero no tanta plata para hacer lugares de acogida», aseguró Cipriani en el programa diálogos de fe de la emisora radial RPP.
Amelia Lapouble coincide con el religioso. «El niño no tiene la culpa. La madre puede haber sufrido, pero Dios te mandó un niño, y no te lo manda para que decidas sobre la vida de él. Tal vez, a través de ese niño uno pueda madurar como persona», asegura.
La marcha se realizó con motivo del Día del Niño por Nacer, que en Perú se conmemora el 25 de marzo. De ella también participó el cardenal español Antonio Rouco, a quien Cipriani calificó de «amigo y hermano».
En Perú, un país con 30 millones de habitantes y donde según el Vaticano 26 millones son católicos, el aborto es legal por malformación grave del feto o cuando está en peligro la vida de la madre.
La Comisión de Justicia del Congreso rechazó el 10 de marzo un proyecto para declarar legal la unión civil homosexual, presentado en 2014 por el legislador Carlos Bruce, de 58 años, quien se convirtió el año pasado en el primer político peruano en reivindicar su homosexualidad.
Algunos de los legisladores que votaron contra la unión civil homosexual estuvieron en la marcha, a quienes Cipriani agradeció «por haber sido valientes».
«Ellos han dado una batalla en nombre de la humanidad. Les decimos que tomamos nota. Este no es un problema de si el estado es o no laico. No dejemos que nos engañen. El estado representa lo que quieren sus ciudadanos», agregó el sacerdote.