(Agencias) Entre los fallecidos se encuentran dos policías y al menos dos personas que han sido linchadas hasta la muerte por la multitud que salió a las calles para denunciar el atentado, reivindicado por el grupo Jamatul Ahrar, asociado a los Talibán paquistaníes. Previamente la Policía había informado de la detención de dos sospechosos del atentado, sin dar más detalles.
Pakistán es un país islámico predominantemente suní y no son raros los ataques contra minorías religiosas, como el ocurrido a finales de enero contra la comunidad chií en el sur del país que se saldó con 58 muertos y medio centenar de heridos.
El Gobierno paquistaní lanzó un paquete de medidas antiterroristas a raíz de un ataque a una escuela en el que el 16 de diciembre murieron 132 menores y varios trabajadores del centro, situado en Peshawar, en las áreas tribales del noroeste del país.
Como parte de esas medidas, las tropas paquistaníes intensificaron su operación Zarb-e-Azb (Afilado y cortante), lanzada en junio de 2014 en el área tribal de Waziristán del Norte, y la ofensiva que tienen en marcha en Khyber desde octubre.
El Ejecutivo también levantó el martes la moratoria que pesaba desde 2008 sobre la pena de muerte en todo tipo de casos, aunque ya había dado luz verde a las ejecuciones de condenados por terrorismo tan sólo un día después del atentado en la escuela.
Además, ordenó en enero la creación de tribunales militares para esos casos y arrestó a miles de personas por diferentes delitos en todo el país.