(InfoCatólica) El rito de desagravio o purificación, que incluye la celebración de la Eucaristía y la reserva del Santísimo, tuvo lugar a partir de las cinco y media de la tarde, ante la presencia de trabajadores del centro y fieles.
El obispo pidió tras la profanación que toda la Iglesia Diocesana se uniera en oración para restituir el daño causado.
            
 
	 
 
	 
 
	 
 
	 
        
            
            
            
        
 
           
        
        




