Familias como conejos

Una frase fuera de contexto puede ser sólo un pretexto. No se puede decir todo, toda la doctrina, en todos los lugares y en todas las afirmaciones al mismo tiempo.

«Es deplorable de modo particular la prensa que, periódicamente, vuelve sobre la cuestión (de la familia numerosa) con la intención manifiesta de sembrar la confusión en el espíritu del pueblo sencillo e inducirlo a error a través de pruebas tendenciosas, investigaciones discutibles e incluso declaraciones falseadas de este o de aquel eclesiástico». Así decía el Papa Pio XII, en el discurso a los dirigentes y representantes de las Asociaciones de Familias Numerosas, el 20 de enero de 1958.

La prensa sensacionalista ha intentado resaltar de forma negativa una afirmación del Papa Francisco, en el viaje de vuelta de Filipinas a Roma, el 18 de enero de 2015, entresacada de la conversación informal con los periodistas en el avión sobre el número de hijos de una familia: «Algunos creen, discúlpenme por la palabra, que para ser buenos católicos necesitamos ser como conejos. ¡No! Paternidad responsable. Esto está claro».

Una frase fuera de contexto puede ser sólo un pretexto. No se puede decir todo, toda la doctrina, en todos los lugares y en todas las afirmaciones al mismo tiempo. Hay que ver el conjunto. El conjunto del que hablo es toda la doctrina católica. Como sucede con la Biblia, citando frases fuera de contexto y aisladas del conjunto, se puede probar cualquier cosa. Entresacando frases y doctrinas, sin tener en cuenta el conjunto, es cómo surgieron las herejías.

Antes de la frase de los «conejos», el papa Francisco había dicho: «La presencia de las familias numerosas es una esperanza para la sociedad. El hecho de que tengamos hermanos y hermanas nos hace bien; los hijos e hijas de una familia numerosa son más capaces de comunión fraterna desde la primera infancia. En un mundo marcado tantas veces por el egoísmo, la familia numerosa es una escuela de solidaridad y de fraternidad, y estas actitudes se orientan después en beneficio de toda la sociedad» (28 de diciembre de 2014).

En el avión, dijo a los periodistas: «La apertura a la vida es una condición para el sacramento del matrimonio, hasta el punto de que un matrimonio es nulo si se puede probar que el esposo o la esposa se han casado con la intención de no estar abiertos a la vida. Es causa de nulidad matrimonial. Esto no significa que el cristiano tenga que tener hijos en serie. Eso ser tentar a Dios. Y algunos, tal vez, no son prudentes en esto. Hablamos de paternidad responsable. Ese es el camino».

Después de las interpretaciones equivocadas de sus palabras, el papa dijo: «Causa consuelo y esperanza ver tantas familias numerosas que acogen los hijos como un verdadero don de Dios. Ellos saben que cada hijo es una bendición. He escuchado que las familias con muchos hijos y el nacimiento de muchos hijos están entre las causas de la pobreza. Me parece una opinión simplista. Yo puedo decir, todos podemos decir, que la causa principal de la pobreza es un sistema económico que ha sacado a la persona del centro y ha puesto en él al dios dinero, un sistema económico que excluye, excluye siempre, excluye a los niños, los ancianos, los jóvenes sin trabajo... y que crea la cultura del descarte en que vivimos. Nosotros nos acostumbramos a ver personas que son descartadas. Este es el motivo principal de la pobreza, no las familias numerosas» (21 de enero de 2015).

+ Fernando Arêas Rifan

Obispo de la Administración Apostólica Personal San Juan María Vianney

http://domfernandorifan.blogspot.com.br/

 

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