(Obispado de Zamora/InfoCatólica) El papa Francisco recibió en audiencia al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, y ha autorizado la promulgación de decretos relativos a los procesos de beatificación o canonización de varias personas, entre las que se encuentra el fundador de la Adoración Nocturna Española, el siervo de Dios Luis de Trelles y Noguerol, cuyos restos reposan en la Catedral de Zamora.
Según informaba a primera hora de la tarde el Vatican Information Service, se trata del decreto de un milagro realizado por la intercesión de una religiosa italiana, tres decretos de martirio (dos de ellos relativos a grupos de religiosos españoles asesinados por la fe en los años 30) y siete decretos de «virtudes heroicas», entre los que se encuentra el correspondiente a Luis de Trelles.
Trelles, aunque era gallego, murió en Zamora en 1891, cuando visitaba la sección de la Adoración Nocturna en la Diócesis. En 1991 sus restos se trasladaron a la Catedral, donde reposan en la nave sur. En 1994 se inició el proceso diocesano de beatificación, que ahora da un paso importante con la aprobación del decreto por parte del Papa.
Manuel Hernández Malmierca, presidente de la Sección de la Adoración Nocturna en Zamora y nombrado recientemente patrono de la Fundación Luis de Trelles representando a Zamora, señala que «es una noticia muy importante para Zamora, algo que nos llena de ilusión. Para mí y para el resto de adoradores es una gran noticia».
¿Qué es el decreto de virtudes heroicas?
El proceso por el que la Iglesia católica declara la santidad de uno de sus fieles comienza con el proceso de beatificación. Para que una persona sea beatificada, el primero de los pasos es el de las virtudes heroicas, y el segundo es declarar probado que Dios ha realizado un milagro por su intercesión. Tras la beatificación, un nuevo milagro será el que posibilite la canonización.
El proceso de beatificación por la vía de virtudes heroicas tiene como finalidad la declaración de que el fiel vivió las virtudes cristianas en grado heroico. Al introducir el proceso, se establece la duda procesal de si el fiel vivió las virtudes cristianas en grado heroico.
El tribunal competente para iniciar la causa de beatificación es el del lugar en que ha fallecido el fiel (en este caso, el Tribunal Eclesiástico de Zamora). El postulador ha de presentar una biografía del fiel, todos los escritos del fiel y una lista de personas que puedan testificar sobre la vida del fiel. También ha de añadir las razones que avalan la petición. Desde el momento de la introducción de la causa, al fiel cuya canonización se pretende se le llama «siervo de Dios».
Una vez terminada la fase probatoria, se redacta un documento en el que se examinan los datos recogidos (la llamada positio) y se envían todas las actas a la Congregación para las Causas de los Santos, dicasterio vaticano encargado de estos asuntos. Así comienza la fase romana del proceso de beatificación. Allí, el Colegio de Relatores elabora una ponencia sobre las virtudes, que se presenta a la Comisión de Teólogos, y si éstos emiten un voto favorable, se entrega a los cardenales y obispos que integran la Congregación.
Si su voto también es favorable, se presenta al Papa la propuesta de que se apruebe el decreto de virtudes heroicas del siervo de Dios. Una vez aprobado y publicado, el siervo de Dios recibe el título de «venerable». Las normas litúrgicas no permiten dar ningún culto a los siervos de Dios declarados venerables, pero desde el momento de su declaración han de cesar los sufragios por su alma, puesto que la Santa Sede ha juzgado que ha vivido en grado heroico las virtudes cristianas.
El siervo de Dios Luis de Trelles
Luis de Trelles y Noguerol nació en Viveiro (Lugo) el 20 de agosto de 1819. Con 14 años comenzó la carrera de Leyes en la Universidad de Santiago de Compostela y a los 19 años fue nombrado Profesor de Derecho Civil. Más tarde, ejerció durante dos años la abogacía en su pueblo natal.
Después se trasladó a La Coruña, donde vivió durante diez años, y ejerció de Abogado de Pobres, ya que aún no existía el Turno de Oficio. Asimismo, formó parte de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de La Coruña, y fue Fiscal del Juzgado de Artillería e Ingenieros. Igualmente, trabajó para el Ministerio de Hacienda y el Colegio de Notarios, donde ejerció como profesor. En 1852 decidió trasladarse a Madrid, donde desarrolló su faceta como político.
Al no hallar acomodo en los diversos grupos político-sociales de su época, evolucionó hacia su postura final: la marginación en la pura acción caritativa (individual y colectiva) en defensa de los marginados y la oración constante ante el Sacramento para desagravio y defensa del único baluarte que le quedaba: la Iglesia de Cristo.
En 1858, Luis de Trelles fundó en Viveiro, junto a varias otras personas, las Conferencias de San Vicente de Paúl. Más tarde, en 1862, con motivo de un viaje a París, conoció la Adoración Nocturna, fundada en dicha ciudad por Hermann Cohen y alentada por el sacerdote De la Bouillerie. Allí adoró por primera vez de noche a Jesús Sacramentado, y sintió que debía ofrecer a la sociedad española lo que años más tarde sería la Adoración Nocturna.
En 1863 se casó con Adelaida Cuadrado y Retana. Cuando el carlismo fue derrotado, Trelles comprendió que para defender la unidad católica de España y la Iglesia no servía la política, y que sólo la oración puede salvar a la Iglesia. En este contexto, en la noche del 3 de noviembre de 1877, se reunieron en la iglesia de San Antonio del Prado, perteneciente a un extinguido convento de Capuchinos, frente al Congreso de los Diputados, Luis de Trelles, Juan de Montalvo O’Farril, Pedro Izquierdo, Manuel Silva Villaronte, Miguel Bosch Arroyo, Manuel Maneiro y Rafael González, iniciando la Adoración Nocturna Española.
Luis de Trelles también se distinguió como hombre de generosidad ejemplar por su entrega al prójimo, principalmente en la III Guerra Carlista, creando una comisión para los canjes de prisioneros y fue nombrado Comisario General de Canjes (1873-76), consiguiendo librar de la muerte o del cautiverio a más de 20.000 prisioneros. Con ello se adelantó al Derecho Humanitario Internacional en más de 50 años.
Desde la fundación de la Adoración Nocturna, Trelles se dedicó totalmente, hasta su muerte, a promover y organizar la obra, abriendo de más de medio centenar de centros por todo el país. Murió en Zamora el 1 de julio de 1891, y sus restos descansan desde 1991 en la Catedral.