(Aleteia/Infocatólica) La noticia ha alegrado mucho a la diócesis de Cân Tho y a los muchos peregrinos cristianos y no cristianos que, desde hace décadas, llegan de todo el país hasta su tumba, en la iglesia de Tac Say.
La conferencia episcopal de Vietnam había pedido la apertura de esta causa en su primera asamblea anual de 2012, celebrada del 9 al 13 de abril en la diócesis de Xuân Lôc, según informa la agencia Églises d’Asie.
El arzobispo emérito de Saigon, el cardenal Juan Bautista Pham Minh Mân, explicaba en una entrevista en 2008 su experiencia con este sacerdote, al que conoció cuando tenía 8 años, y que aconsejó a sus padres que enviara a sus hijos al seminario menor.
«El padre Francisco Javier Truong Buu Diêp fue un sacerdote santo, siempre preocupado por el futuro de la Iglesia y alentando a los fieles a comprometerse en la vida religiosa», explicaba el cardenal.
«Su atención siempre se dirigía a la gente –continuaba-. Allá por donde pasaba, se esforzaba por construir un lugar de culto y alojamientos para los fieles; vivió y murió por ellos».
La pequeña localidad donde nació el padre Francisco Javier en 1897 se encuentra al sudoeste de Vietnam, en lo que hoy es la provincia de An Giang. Esta región dependía entonces del vicariato apostólico de Phnom Penh, en Camboya. Allí fue ordenado sacerdote en 1924 tras sus estudios en el seminario mayor de Phnom Penh.
En 1930 fue nombrado párroco de la parroquia de Tac Say. De ella fue pastor durante 16 años, hasta su muerte. En ese tiempo, adquirió la reputación de ser un sacerdote diligente, cercano a los fieles, muy atento a sus necesidades, animado por un gran espíritu misionero: fundó más de ocho comunidades cristianas en los entornos de la parroquia.
En 1945 empezó la primera guerra de Indochina y menos de un año más tarde, la región donde vivía ardió. Una gran parte de ella fue ocupada por el Vietminh. La mayor parte de los sacerdotes de la región se fueron.
El padre Diêp rechazó partir y permaneció cerca de sus fieles. El 12 de marzo de 1946, el Vietminh lo arrestó con 70 de sus feligreses de Tac Say. Todo el grupo enfermó, entonces él propuso a sus carceleros que tomaran su vida y dejaran a salvo a sus fieles.
Más tarde se descubrió su cuerpo desnudo y horriblemente mutilado en un estanque cercano al lugar donde fue detenido.