(IPS/InfoCatólica) «Desde hace más de 40 años, la Enmienda Helms se aplica como si fuera una prohibición total a la atención de abortos en los programas de salud financiados por Estados Unidos, sin excepciones», se lamentó Purnima Mane, presidenta de Pathfinder International, dedicada, entre otras cosas, a promover la matanza de niños no nacidos, al ser consultada por IPS.
«El resultado es que Pathfinder y otras agencias financiadas por el gobierno de Estados Unidos no pueden ofrecer servicios de asistencia vinculada al aborto a personas en riesgo, aun en las circunstancias previstas por la legislación estadounidense y claramente permitidas por la Enmienda Helms», explicó.
Matar niños no nacidos, ¿derecho humano?
«De un plumazo, el presidente Obama puede cambiar las perspectivas para muchas de esas mujeres y comenzar a revertir más de cuatro décadas de negligencia de sus derechos humanos básicos y de daños a su salud», añadió.
La norma prohíbe que fondos estadounidenses se usen para «pagar la realización de un aborto como método de planificación familiar» o para «alentar o forzar a una persona a practicarse un aborto».
La ley no prohíbe específicamente que la asistencia se use para ofrecer servicios de abortos en casos de violación, pero los proabortistas se lamentan de que ese fue el impacto desde el inicio.
«Ninguna administración implementó esto correctamente, en términos de hacer excepciones en ciertos casos», coincidió Serra Sippel, presidenta del Centro de Salud y Equidad de Género (Change, en inglés) y principal organizadora de la iniciativa del martes