(Efe) La disminución de los matrimonios canónicos y civiles ha provocado, según el prelado, un aumento del número de personas que deciden vivir solas porque «se considera insoportable cualquier compromiso que supone el lazo familiar».
«Esto fomenta una sociedad en la que nadie se fía de nadie, donde las relaciones estables se consideran imposibles y donde reina una cultura superficial en la que es más común oír frases como 'Real Madrid for ever' que 'matrimonio para siempre'», apuntó.
«Una falsedad»
En este sentido, indicó que, si bien otro tipo de uniones merecen respeto, su equiparación con el matrimonio entre un hombre y una mujer abierto a la vida «se hace sobre la base de una falsedad» porque «el amor conyugal contiene una dimensión propia que no es comparable con otra uniones».
En esta «crisis de la cultura de la familia», advirtió, «se interrumpe por primera vez en la historia el nexo matrimonio-vida-familia». «Este tríptico se ha descompuesto y cada uno lo compone a su gusto. Por eso aparecen las familias monoparentales, homosexuales o sin hijos», añadió.
Frente a este desdibujamiento de «uno de los más increíbles patrimonios de la humanidad», Mons. Paglia apeló a «un esfuerzo enorme por parte de todos», sobre todo de los católicos «para mostrar la belleza» de esta institución.
Críticas a lo tratado en el Sínodo
«Los documentos del sínodo no sirven para nada, el único resultado que vale es la primavera de las familias», apuntó el prelado, quien se quejó de que durante los encuentros con el Papa «la preocupación mayor» fueran los homosexuales y los divorciados casados en lugar de «otros temas esenciales» como «el papel fundamental de la mujer en la institución familiar».
Según indicó, la familia es la base de la sociedad y el mejor antídoto para corregir «las desviaciones de una sociedad deshumanizada», ya que ella es «una escuela especializada en la educación a la alteridad porque cuida a las personas sin fagocitar las diferencias».