(Aleteia) Para el cardenal Barbarin: «Evangelizar siempre es difícil pues consiste en transmitir una palabra que no entiendes, que nos sobrepasa, como es la palabra de Dios»y a todo ello hay que sumar que «la Iglesia no es una entidad aparte de la sociedad, por lo que el cambio para adaptarse pasa por comportarse realmente como una servidora».
La idolatría del dinero
El arzobispo de Lyon realizó una fuerte crítica al mundo del dinero: «El dinero siempre ha sido el rey. Hay una idolatría del dinero, algo que el Papa Francisco combate mucho. Esa economía que excluye, porque querer más y más dinero significa excluir a muchísima gente y, eso, hay que convertirlo».
En su opinión, toda persona debe abordar el factor psicológico, el personal y el espiritual. En las sociedades modernas, explicó, se pone un gran énfasis en los dos primeros y se olvida lo espiritual, «una mutilación del hombre». Por ello, restó importancia a la crisis económica y optó por destacar la existencia de una crisis espiritual: «Uno puede tener una salud estupenda y muchísimo dinero pero ser siempre un desgraciado, infeliz e inaguantable para los demás»
Papa Francisco, un tesoro
«No sé si la Iglesia crecerá en fieles o no con él, pero me da igual. A mí lo que me interesa es su ejemplo, su cercanía con la gente y los pobres», afirmaba el cardenal Barbarín que calificó al Papa Francisco como «un tesoro».
Por todo ello, durante su intervención citó en numerosas ocasiones al Pontífice y destacó la mportancia de crear una economía al servicio de la sociedad, donde la solidaridad sea su pieza angular.