(ACI Prensa/InfoCatólica) En declaraciones a ACI Prensa este jueves el purpurado de Guinea-Conakry aseguró que «lo que los medios han publicado sobre las uniones homosexualeses un intento de presionar a la Iglesia para cambiar su doctrina».
El prelado explicó que aunque el documento que se emitió al final de la primera semana, conocido como la Relatio post disceptationem (RPD) no contiene algunos temas importantes, sí menciona otros puntos esenciales como «el rechazo de la Iglesia a promover políticas vinculadas a la ideología de género a cambio de ayuda financiera». Para el cardenal «no hay familia cristiana sin una mirada a Jesús, que se encarnó en una familia, con un padre y una madre».
La doctrina no puede cambiar
Uno de los llamados círculos menores en inglés –los grupos en los que los padres sinodales conversan en esta segunda semana del Sínodo– moderado por el Cardenal africano Wilfrid Napier, resaltó que «la Iglesia tiene que seguir promoviendo la naturaleza revelada del matrimonio de un hombre y una mujer unidos en comunión fiel, duradera y abierta a la vida».
Citando el Catecismo de la Iglesia Católica, el Cardenal Sarah explicó a ACI Prensa que esta enseñanza no puede modificarse porque «basados en las Sagradas Escrituras, la Tradición de la Iglesia siempre ha señalado que ‘los actos homosexuales son intrínsecamente perversos, ya que son contrarios a la ley natural y están cerrados al don de la vida. No pueden ser aprobados en ningún caso’»
La Relatio causó una sorpresa general
Tras afirmar que la RPD es «documento de trabajo que refleja parcialmente lo discutido», el purpurado recordó que la difusión de este texto «generó una sorpresa general, dado que el documento tenía que terminarse, pulirse y llevaría al borrador final del texto que debe ser aprobado por los padres sinodales».
«¿Alguien quiere desestabilizar a la Iglesia y minar su enseñanza?» cuestionó. «Recemos por esos pastores que dejan a las ovejas del rebaño del Señor a merced de los lobos de esta sociedad decadente y secularizada, alejada de Dios y su naturaleza. La sexualidad no es un hecho cultural sino natural», concluyó.