(Zenit/InfoCatólica) El cardenal advirtió que existen consecuencias en la práctica sacramental, y hay parejas que consideran que los métodos anticonceptivos no son pecado, y reciben la comunión sin plantearse su situación.
El prelado francés pidió «incentivar la mentalidad abierta a la vida, para contraponerla a la mentalidad contraceptiva y a la difusión de un modelo antropológico individualista que producen en diversas regiones del mundo una baja natalidad, y cuyas consecuencias sociales y humanas no son tomadas en consideración».
Y añadió que en este contexto «es necesario reconocer la utilidad de las planificaciones familiares relacionadas con las diócesis y asociaciones familiares», porque «se vuelven testimonios de la belleza y valor de la apertura hacia la vida».