(Fides) «Gwoza y Magadali están bajo el control de terroristas despóticos y tiranos desde hace 60 días», dice don Obasogie. «Nuestros sacerdotes están desplazados, mientras que los ciudadanos, que se suponía iban a celebrar la independencia como nación libre, en lugar de eso lloran a sus muertos y se ven reducidos a la condición de desplazados internos. ¿Dónde está la libertad?» dice el sacerdote.
Terribles condiciones para los desplazados
Don Obasogie describe las terribles condiciones en las que las personas desplazadas se ven obligadas a vivir, acogidos en casas de familiares y amigos (incluso 60 y 70 personas a la vez), o en estructuras improvisadas en Maiduguri, Mubi, Yola, Uba, Gombe, Biu y Damaturu. El pensamiento de las personas desplazadas va también hacia aquellos que no pudieron huir, personas mayores o enfermos, peor también a los jóvenes. Las mujeres son víctimas de violencia sexual y se difunde la práctica de la decapitación de rehenes de los terroristas, como ha ocurrido a un piloto militar que fue capturado después de lanzarse desde su avión derribado por Boko Haram el 11 de septiembre.
Hoy, 7 de octubre, se ha inaugurado en Niamey, capital de Níger, una cumbre regional para luchar contra Boko Haram, que también está amenazando a los países vecinos, como lo demuestra la muerte de 7 personas en el norte de Camerún, asesinados por un misil disparado por los fundamentalistas nigerianos.