(Luis F. Pérez/InfoCatólica) El prelado advierte que lo que está en juego con todas esas leyes es el concepto del ser humano y su dignidad.
Mons. Habert explica que es necesario advertir que no todo aquello que se presenta como avances de la ciencia es moralmente aceptable.
El obispo explica que la Iglesia permanece vigilante ante todas esas novedades que están en contradicción frontal contra la cosmovisión catolica del hombre y la sociedad: «Es el futuro del hombre y el bien común lo que está en juego»
Tras negar que la Iglesia quiera ser parte activa en la tarea legislativa -no es esa su función-, el prelado francés afirma que su misión es iluminar las conciencias de los hombres y de la sociedad.
A la pregunta «¿qué es la Iglesia?», Mons. Habert responde que desde luego lo son los obispos y sacerdotes, pero también el resto del pueblo de Dios y tras resaltar a quienes están especializados en colaborar con la Iglesia en la pastoral familiar, de la salud, de la preparación al matrimonio, de la juventud, de la educación y en los servicios sociales, asegura que «nadie sobra» a la hora de participar en el ámbito de la política y de los movimientos cívicos.
Ante la tentación de dejarse llevar por la idea de «que hagan lo que quieran, porque no nos afecta», el obispo recuerda que según la Constitución Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II:
Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón.
Mons. Jacques Habert da las siguientes indicaciones para que los fieles puedan cumplir bien su misión de llevar la voz de la Iglesia ante la sociedad:
- Hablar sin usar eslóganes e ideologías simplistas.
- Formarse bien sobre lo que la Iglesia enseña en cada materia.
- Entrar en el debate político pero sin dejarse arrastrar por la dinámica que divide todo entre izquierda y derecha. Escribir a los cargos electos es un buen medio de comunicación.
- Apoyar a todas las organizaciones cívicas que hacen una buena labor en los temas antes mencionados.
- Rezar. Tomar como ejemplo la Vigilia por la Vida inciada por Benedicto XVI en el primer domingo de Adviento.
- Manifestarse públicamente, mostrar el disenso. El movimiento «la manif pour tous» (la manifestación para todos) se ha enfocado firmemente en esas cuestiones.
El obispo acaba su carta con una exhortación: «nadie puede desertar»; y pide que el texto sea leído por todos los fieles para que mediten como colaborar en esa tarea, tanto personalmente como en equipo.