(Ángeles Pinardo/Abc) Bajo el lema «La nueva evangelización», este encuentro ha contado con multitud de actividades, foros de diálogo e intercambio de ideas entre cofrades y una programación completa también para los acompañantes.
Durante la despedida, el presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías de Toledo, Antonio Torres, agradeció con unas sentidas palabras el éxito del encuentro: «no hay trabajo, no hay encuentro, no hay congreso, sin equipo». Torres nombró a cada uno de los organizadores y dedicó una mención especial a Alzira, la ciudad que ayer fue elegida para acoger el XXVIII Encuentro, que se celebrará el próximo año.
Parte de la despedida tuvo lugar en la misa solemne que se celebró ayer domingo en la catedral primada y que estuvo presidida por el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, acompañado del obispo auxiliar,Ángel Fernández Collado; el deán de la catedral, Juan Sánchez; los presidentes de todas las cofradías de la ciudad, el párroco de Santo Tomé, Gerardo Ortega; el párroco de San José Obrero, el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page y representantes de 40 diócesis nacionales. En su homilía, el arzobispo resaltó como mensaje final de este exitoso encuentro la necesidad de «vivir todo el año la Semana Santa, vivir siempre con una actitud positiva hacia la evangelización».
El aplauso al mensaje que el Papa Francisco hizo llegar hasta la catedral de Toledo fue también uno de los momentos más emocionantes del cierre de este encuentro, que según resaltaron algunos de los asistentes ha sorprendido por la puntualidad y la corrección de los ritmos de la extensa programación, «todo un milagro tratándose de un encuentro con tantos asistentes», afirmó el sacerdote José Antonio Jiménez.
Sin procesiones por la lluvia
El acto procesional, que no se pudo realizar a causa de las lloviznas que acompañaron toda la mañana, fue suplido con una estación penitenciaria en la que los asistentes y la banda de tambores de Ocaña rezaron y cantaron a la Virgen de la Soledad, ubicada ayer en una de las sedes canónigas de la ciudad: la iglesia de Santas Justa y Rufina.Tampoco pudieron procesionar al Cristo de la Humildad, que hizo un intento de salir pero tuvo que regresar al templo, ni al Cristo Cautivo y al Cristo del Calvario.