(La Razón/InfoCatólica) Emily Caines asegura que «pensar que alguna mujer puede decidir legalmente interrumpir su embarazo porque no encaja dentro de su estilo de vida es horrible. Si es por motivos de salud, la situación cambia»
Emily recuerda que «el grito de la niña nos llenó de esperanza. Sus pequeños puños se agitaban y pude ver a los médicos que trataban de salvarla. Sin embargo, una hora después nos dijeron que estaba resultando imposible poner en funcionamientos sus pulmones para ayudarla a respirar y estuvimos de acuerdo en dejarla marchar. Me resulta especialmente hiriente cuando la gente usa el término aborto involuntario para describir el caso de nuestra hija, pero la foto de ella gritando muestra que claramente que no es el caso».