(PpE/InfoCatólica) Como explica Alicia Rubio, portavoz de Libres para Educar, una iniciativa de Profesionales por la Ética, «la educación afectivo-sexual de los alumnos se cuela en las aulas de nuestros sin hijos en el tiempo dedicado a tutoría, con el pretexto de la educación para la salud o como actividad extraescolar».
«Los padres», advierte Rubio, «tenemos que estar muy atentos porque, sin que lo sepamos, nuestros hijos pueden estar siendo adoctrinados en materias tan delicadas como la afectividad y la sexualidad en contra de nuestras convicciones y visión de la vida y la persona».
La legislación nacional e internacional, recuerdan desdeLibres para Educar, garantiza el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones. «Los padres únicamente necesitamos ejercer ese derecho sin complejos: no pueden imponer a nuestros hijos una educación afectiva y sexual con la que no estemos de acuerdo» concluye Rubio.
Libres para Educar propone a los padres que entreguen en la secretaría del centro educativo al que acudan sus hijos un escrito titulado Solicitud de información previa y consentimiento expreso en el que exigen ser informados previamente de las actividades, cursos y talleres de educación afectivo-sexual y materias similares.