(EP/InfoCatólica) En el texto se indica que la «configuración, contenidos y significación» del mausoleo -donde descansan los restos mortales de Francisco Franco y de numerosas víctimas de la Guerra Civil- representan un «símbolo de desprecio» a la convivencia y la paz, de «agravio a la mayor parte de las víctimas allí enterradas» y de «exclusión a buena parte de la ciudadanía».
Por ello, se solicita al Ejecutivo que declare el Valle de los Caídos«contrario a la cultura de la convivencia y de la paz, a la concordia cívica, a la reconciliación de la ciudadanía española y a la rehabilitación de la memoria colectiva democrática de las víctimas de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura franquista».
Mantiene heridas abiertas
Según Elorza, el monumento religioso-arquitectónico «no encarna ningún tipo de valores democráticos como el diálogo, el respeto a la diferencia, la defensa de los derechos humanos, la solidaridad o la igualdad».
Además, añade, «desvirtúa» la cultura de la paz, «mantiene heridas abiertas» en vez de promover la reconciliación y representa una «inadmisible jerarquía funeraria» entre las víctimas del conflicto. Tampoco sirve, a su juicio, para «formar una sociedad más culta y crítica» ni para explicar la Guerra Civil y las consecuencias de la dictadura.
Según Elorza, hay que abordar «lo antes posible» las actuaciones de «resignificación» del mausoleo para convertirlo en «un punto de referencia donde desarrollar la cultura de la convivencia», de manera que actúe como un «semillero de paz».
Así, propone crear un taller de trabajo para educar en valores como «la defensa de la cultura de paz, los derechos humanos y la reconciliación» y facilitar «un espacio de encuentro de ideas democráticas e iniciativas ciudadanas que sirva para gestionar la recuperación de la memoria histórica, la dignificación y el reconocimiento a todas las víctimas».