(PapaPioXII.it/InfoCatólica) El día 15 de agosto de 1954, fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen, el Papa Pío XII quiso celebrar de modo especial la fiesta, e invitó a los micrófonos de la Radio Vaticana a participar de su habitual recitación del Ángelus a mediodía y a transmitirla al mundo.
«La experiencia debe haber complacido a Pío XII porque en ese otoño accedió voluntariamente a recitar el Ángelus con los fieles en la Plaza de San Pedro desde la ventana de su oficina», explicó el diario vaticano L'Osservatore Romano en un artículo especial sobre la efeméride. «Desde ese tiempo, el mundo ha llegado a conocer esa ventana muy bien».
Una cálida costumbre
Hoy, 60 años después, el Papa Francisco se asoma cada domingo a esta misma ventana para tener un cálido encuentro con miles de peregrinos en torno a la sencilla y bella devoción en honor de la Santísima Virgen. Él, como sus antecesores, han respetado la tradición de Pío XII y han unido a la oración mariana una corta catequesis y una reflexión sobre las necesidades o preocupaciones más urgentes de la Iglesia universal a las cuales se convoca a responder a través de la oración y la solidaridad.
«El amor quiere sus ritos», afirmó Luigi Tesla, autor del artículo en el diario de la Santa Sede, citando a Saint-Exupéry. El autor describió el encuentro semanal como «un diálogo de amor entre Pedro y sus hombres, el cual es la forma concreta de un vínculo que permanece activo». Un diálogo que se hizo más cercano todavía en los estrechos espacios de Castel Gandolfo, donde los fieles comenzaron a expresar su afecto al Pontífice con maneras menos formales y cantaron, gritaron y vitorearon al Papa en sus primeras alocuciones dominicales marianas. Este clima de cercanía y cariño identifica aún hoy estos encuentros.
Aprovechando la ocasión, en la celebración de los 60 años de los Ángelus papales, el sitio oficial de la Causa de Canonización del Papa Pío XII publicó el sonido de ese primer Ángelus público gracias al aporte de los Archivos Pontificios de Sonido que, aplicando las últimas tecnologías, permiten escuchar la voz del pontífice con extraordinaria claridad.