(EFE/InfoCatólica) El vicario general ha explicado que, en mayo, el Obispado comunicó a la Consejería de Educación del Gobierno canario que ya no proponía a González como profesor de religión y que la administración autonómica le pidió que lo justificara.
«Lo hice con los apartados del canon 804 y 805 del derecho canónico. Además, es el mismo Luis Alberto González quien me ha pedido que no sea propuesto para profesor de religión», ha argumentado Cabrera, quien ha añadido que «este tema está en manos de la Consejería y aún no ha contestado».
El vicario general de la Diócesis ha agregado de que todos los años el Obispado presenta las propuestas para profesores de religión en el mes de mayo y es la Consejería la que destina y da los horarios porque es «la empleadora».
«Si la Consejería de Educación contratara a este profesor para el próximo curso ya tendríamos que ver los pasos que daríamos posteriormente, a través de nuestros servicios jurídicos», ha añadido, en referencia a González.
Cabrera ha explicado que el docente tinerfeño comunicó su situación personal durante el curso 2013-14 y no hubo tiempo ni forma para revocar su autorización docente para ese periodo lectivo. Sin embargo, acabado el curso, el pasado mes de mayo el Obispado sí comunicó que no se le proponía para el período 2014-15.
Preguntado por los comentarios sobre la homosexualidad que ha hecho el Papa Francisco en los últimos meses, el vicario general de la Diócesis de Canarias ha señalado que el pontífice se ajusta a la doctrina de la Iglesia, que «aboga por ser acogedores».
«Que la Iglesia sea acogedora y acompañe a todas las personas es distinto a que un homosexual sea el idóneo para impartir la religión y moral católica. Así, el canon 804 del derecho canónico dice que el profesor de religión debe destacar por una recta doctrina, testimonio de vida cristiana y actitud pedagógica», alega Cabrera.
El vicario añade que cada obispo, dentro de su diócesis, también tiene el derecho de nombrar o aprobar a los profesores de religión, así como renovar o exigir que sean removidos estos cuando así lo requiera una razón de religión o moral.
Asimismo, ha insistido en que en el caso del exsacerdote «aún más», porque él mismo le pidió que retirara su propuesta para impartir clases de religión por «falta de idoneidad y propia coherencia».